El lupus eritematoso generalizado o simplemente lupus es una enfermedad todavía desconocida para muchos médicos no especialistas y para la mayoría de la población. Esta es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar la piel, las articulaciones, los riñones, los pulmones y el sistema nervioso, así como también otros órganos del cuerpo. En la mayoría de la gente, el lupus es una enfermedad benigna que afecta sólo unos cuantos órganos. En otros, puede causar serios daños y aún producir problemas en pongan en peligro la vida. Se sabe que hay ciertos factores que pueden exacerbar la enfermedad como son la exposición al sol, alguna infección, embarazo, estado de stress ó una cirugía.
El lupus afecta 10 veces más a las mujeres que a los hombres, que en la mayoría de los casos inicia entre los 20 y 40 años de edad.
Ya que el Lupus es una enfermedad compleja y se puede manifestar por una gran variedad de síntomas, a menudo puede confundirse con otros trastornos, de hecho se le conoce como el “gran imitador”, lo que dificulta el diagnóstico y retrasa el inicio del tratamiento. El paciente debe ser visto por un reumatólogo ó por un especialista bien familiarizado con esta enfermedad.
En los últimos 20 años ha habido importantes avances científicos en el conocimiento de la enfermedad y nuevos tratamientos que han mejorado mucho la sobrevida y la calidad de vida de estos pacientes.
En el año 2004, durante un Congreso Internacional de Lupus en Eaton, Inglaterra en el que participaron médicos especialistas en esta enfermedad provenientes de 13 naciones se decidió establecer el día 10 de Mayo como Día Internacional de Lupus con objeto de difundir entre la comunidad médica y los pacientes los avances científicos en el conocimiento de la enfermedad, el diagnóstico oportuno y los distintos tratamientos para el mejor control de la enfermedad.
¿CÓMO SE MANIFIESTA EL LUPUS?
Es frecuente que se fatiga, fiebre y pérdida de peso durante el curso de la enfermedad, ocurriendo esto en un 50 a un 100% de pacientes. Los pacientes afectados con lupus es frecuente que manifiesten artritis en varias articulaciones. La artrítis de lupus se caracteriza por afectar preferentemente a pequeñas articulaciones de las manos, rodillas y codos, con presencia de signos de de inflamación.
La piel es una localización que se afecta muy a menudo en el lupus. La lesión más conocida, aunque no la más frecuente, es el llamado «eritema en alas de mariposa», que consiste en un enrojecimiento y erupción de la piel en las mejillas y nariz siendo este tipo de lesiones clasificadas como especificas, ya que puede aparecer en más del 85% de pacientes con lupus. Su asociación con la exposición al sol (fotosensibilidad) y con la actividad de la enfermedad está bien establecida.
La afectación renal es una de las más frecuentes en el lupus y una de las causas principales de morbi-mortalidad. Aparece en el 30-50% de los casos, representando la primera manifestación de la enfermedad. La afectación del riñón puede no detectarse hasta que la lesión sea prácticamente irreversible.
Entre las complicaciones vasculares, la que se considera la más importante en la actualidad es la ateroesclerosis, en particular la cardiopatía isquémica que se asocia a infarto al miocardio prematura en los pacientes con lupus.
Las manifestaciones neuropsiquiátricas se observa en el 60% de los pacientes. Varía desde cambios sutiles de personalidad hasta importantes perturbaciones de las funciones cerebrales superiores.
Las manifestaciones hematológicas se presentan como anemia, baja de glóbulos blancos y de plaquetas.
La anemia puede ir se forma leve a forma severa que puede comprometer la vida si no se detecta y trata a tiempo. Los glóbulos blancos bajos se asocian a actividad de la enfermedad y pueden predisponer a infecciones a los pacientes.
En la actualidad, aun no hay un tratamiento que cure la enfermedad, pero si existen opciones de tratamiento que la controlan. En general el tratamiento del lupus eritematoso sistémico (LES) consistirá en mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir su mortalidad, dado que la actual es todavía tres a cuatro veces superior a la esperable en una población de similar edad y género. Lo avances en el tratamiento en las últimas décadas han mejorado la supervivencia de los pacientes. Sin embargo, en los últimos años el tratamiento mejoró notablemente y en la actualidad existen muchos medicamentos de probada eficacia. Las decisiones sobre qué tratamiento realizar se basan en los síntomas y su gravedad. Los pacientes que sufren de dolor muscular o articular, fatiga, anomalías en la piel (como erupciones) y otros síntomas que no suponen un riesgo de muerte pueden recibir un tratamiento conservador.
Los pacientes con manifestaciones más graves y que suponen riesgo de muerte, tales como inflamación renal, complicación pulmonar o cardíaca y síntomas en el sistema nervioso central, requieren una terapia más agresiva.
Los profesionales de la salud pueden combinar varios medicamentos para controlar la enfermedad y prevenir los daños a los tejidos. Los reumatólogos también pueden reducir o suspender un medicamento una vez que la enfermedad entra en inactividad durante un período de tiempo. Por lo tanto, es importante someterse a evaluaciones médicas frecuentes y detalladas para controlar los síntomas y ajustar el tratamiento según sea necesario. En la actualidad se llevan a cabo estudios clínicos de manera continua para evaluar tratamientos nuevos, con la esperanza de detectar fármacos más prometedores y que estén disponibles de manera más generalizada. Algunos de estos tratamientos incluyen drogas nuevas que ya se utilizan para otras enfermedades llamadas biológicas.
Te invitamos a conocer más sobre esta enfermedad y para prevenirla es importante estar informados respecto a este mal.
