En Puebla la clase política enloqueció.
Y es que resultan inexplicables algunas actitudes de hombres y mujeres del poder.
Veamos.
1.- Se denuncia la existencia de un “hoyo financiero” por 163 millones de pesos en la Secretaría de Salud. El titular del ramo, Antonio Marín López; y el contralor Víctor Sánchez Ruiz no sólo niegan la versión periodística, sino que afirman que todo está bien, las cuentas son claras y los funcionarios actúan con cabalidad. Horas después, destituyen del cargo a Leopoldo Eusa, director de Operación e Infraestructura de la dependencia, implicado en el escándalo. ¿Entonces?.
2.- En el 2006, el empresario Alfredo Rivera Espinosa convocó a los priístas a usar el voto útil a favor de Andrés Manuel López Obrador porque su candidato Roberto Madrazo estaba para llorar. Su posición fue censurada por los militantes del tricolor. De traidor lo acusaron. Ahora, Alejandro Armenta Mier, líder estatal del PRI, lo nombra coordinador financiero del partido para las elecciones federales. ¿Y si sus candidatos no levantan también promoverá Rivera el voto útil por Convergencia?.
3.- En el marco de la guerra contra el secretario de Seguridad Pública Municipal, se envía un oficio donde se da a conocer que el nuevo titular del ramo se llama Héctor Carreón y no Guillermo Hidalgo Vigueras. La reacción de la alcaldesa Blanca Alcalá es que se trató de un “error secretarial”, pero vaya que caló hondo porque de inmediato organizó la entrega de apoyos a elementos policíacos, con el Kun Fu Panda a lado. ¿Se va, no se va o sí se fue, a lo mejor, quién sabe?. Están peor que Capulina
4.- A propósito de la ceremonia de toma de posesión del nuevo arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, la aún subsecretaria de Gobernación, Ana Teresa Aranda, anunció su regreso a Puebla como candidata a diputada, “porque me lo pidió el presidente Calderón” para recorrer todo el estado. Días después se definen las listas en el CEN del PAN y resulta que queda fuera. Una semana más tarde declara que ella jamás buscó la nominación y que sí visitará toda la entidad, pero con recursos propios. Se dio, sin duda, el primer caso en la historia política del país de un exilio a domicilio.
5.- La maquinaria mediática del senador Humberto Aguilar Coronado se echó a andar para vender la idea que el ganador del pasado proceso de elección de candidatos a diputados federales había sido él. El dirigente nacional, Germán Martínez, reveló, sin embargo, que la única objeción en la selección de abanderados por la cuarta circunscripción que corresponde a Puebla se había registrado por parte de Beto Aguilar. No estuvo de acuerdo, pero aún así ganó. No pues sí. Chido.
6.- El Ayuntamiento de San Andrés Cholula cobra por acceder a la información. Los priístas en el Congreso se le van a la yugular. El argumento del corrupto de David Cuautli es que lo hace porque su Cabildo lo aprobó en la Ley de Ingresos del 2009… además con el aval de los diputados priístas. La legisladora Rocío García Olmedo admitió que se les chispoteó.
7.- El PRI denuncia por todos los medios que el gobierno federal usa programas oficiales para la campaña electoral. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resuelve que sí puede utilizarlos. El tricolor, gracias Alejandro Armenta, determina pintar bardas para informar que gracias al Revolucionario Institucional hay Seguro Popular y Oportunidades. El PAN le responde con un “gracias manito”. Qué horror.
Quiere que se le cuente otra vez.
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