“No sé cómo hay quien se atreve en esta comunidad a poner en duda su moralidad…”
J. MANUEL SERRAT.
Resulta que nuestros amigos de Acción Nacional desde la Dirigencia Nacional de su partido, han decidido buscar entre los basureros de los institutos políticos distintos al suyo a personajes que quieran contender en las elecciones Federales del próximo cinco de Julio. Digamos entonces que, demócratas, pero demócratas, demócratas no son como siempre se han ofrecido.
Lo más execrable de esto es que los militantes de este partido han hecho mutis y se han quedado calladitos. ¿que los deglutieron los neopanistas? ¿y?, ¿Qué no respetaron la trayectoria en su militancia? ¿y? ¿que se pasaron por el arco del triunfo la democracia interna del partido? ¿y?, ¿que los candidatos importados tienen antecedentes negros que ellos mismos criticaron? ¿y?. Por eso Acción Nacional es un partido Unido.
A contrapelo de los acontecimientos de abyección, sometimiento y del silencio de los corderos, los militantes del partido conservador festejaron con bombo y platillo el informe de labores de sus diputados locales, donde por cierto ya destaparon para candidato a la Presidencia Municipal a Eduardo Rivera, panista, panista, panista, aunque desconozca la historia de México y los orígenes de los enemigos de su estirpe y origen a quienes defiende a capa y espada, como lo hacen muchos más de sus correligionarios trasnochados, eso es lo de menos y cada quien su ideología.
Pese a todo lo anterior, los panistas no tuvieron pudor alguno para mostrarse felices y contentos en el evento realizado en el Teatro de la Ciudad en donde se definieron como “Diputados demócratas” (que tal que no lo fueran). Las críticas del candidato a Presidente Municipal en ciernes Eduardo Rivera, al Gobernador del Estado no fueron más que petardos inocuos que le permitieron mostrar su bagaje político. No saben ustedes cuanto echo de menos los discursos de Francisco Fraile o de Luis Paredes, eran verdaderas joyas de elocuencia y vivacidad.
El festín de los demócratas resultó como ellos lo esperaban, todo un éxito hasta que empezó a agonizar la fiesta y mirándose los rostros al tiempo de leerse el pensamiento, todos sabían que la democracia con la que se cobijan es un pedazo de felpa desgarrada y maloliente.
Ese es el partido conservador, el de tufo rancio, el incongruente, el desvencijado, el falaz, el antidemócrata, el deglutido, el pendenciero, el radical, el fundamentalista, el que se ofertaba sérico con su mano brillante, el de las promesas incumplidas, el de la retórica barata, el cutre de la política y a la vez, el sometido, el plegado, el traga sapos, el simulador, el lineal, el genuflexo, el inmoral.
Como dijera entonces Serrat: ¡no sé como alguien se atreve en esta comunidad a poner en duda su moralidad¡