22-11-2024 12:46:55 PM

¿Y, eso es todo?

 

La pregunta se aplica por igual a la decisión gubernamental de otorgar apoyos a las empresas y no a los obreros en paro técnico, y al anuncio de incrementar aranceles a productos que se importan de Estados Unidos.

Ante la severa crisis que se vive, el gobierno de Felipe Calderón actúa temeroso y no se ve que intente reactivar la economía. Se pasa el tiempo anunciando programas y no los concreta. Y lo mismo se puede decir del gobierno estatal.

Se prometieron cuantiosas inversiones en infraestructura, al parecer no las llevará a cabo para no aumentar el déficit externo. De ahí, los señalamientos de empresarios por el subejercicio en el presupuesto y el retraso en la licitación de obras

Ahora se suma el reclamo de los obreros, concretamente de la Volkswagen, pues no serán los trabajadores sino las empresas en paro técnico las beneficiarias de los recursos para proteger el empleo. Y aún así, ya corre el tercer mes del año y el gobierno federal ni siquiera ha entregado el dinero del primer bimestre a 11 empresas en el país inscritas en dicho programa.

“Pónganse a trabajar (…) dejen de dormir en sus laureles”, señaló tajante el líder sindical de la armadora alemana, al referirse a los gobiernos federal y estatal.

Los obreros se dicen engañados, ya que el apoyo no será para ellos sino para la empresa; es a ellos a quienes les quitarán el 50 por ciento de sus ingresos por cada día de paro. Son ellos quienes han acordado con la empresa tales medidas con tal de evitar el despido.

Mientras que el gobierno, dijo ayer Víctor Cervantes Rosas, “nos ve desde la barrera y no apoya en nada”.

Esta pareció ser la respuesta de los obreros a la demanda reciente de Calderón para que “cada mexicano haga su parte para superar la crisis”.

La inconformidad de los trabajadores, no sólo de VW sino de otras empresas y en otras partes del país puede acentuarse, en tanto el gobierno no pase de las palabras a los hechos.

Más aranceles y ¿qué sigue?

México aplicará mayores aranceles a 90 productos que se importan de Estados Unidos, fue el “espectacular” anuncio del gobierno de México en represalia por incumplir lo acortado en el Tratado de Libre Comercio (TLC) en materia de transporte, desde hace más de dos años.

Unos aplauden la medida, y otros se “preocupan” porque tales productos incrementarán su costo al consumidor mexicano.

Como ya se está haciendo costumbre en el gobierno de Calderón, hace alegres anuncios y después, mucho después, se dice qué, cómo y cuándo. No se aterrizan de inmediato las medidas, no se tiene una estrategia definida.

Sólo reacciona a una actitud estadounidense que ya tiene mucho tiempo.

Desde el gobierno de Bush los transportistas estadounidenses han hecho y dicho de todo con tal de no abrir la frontera a los camiones mexicanos. La última acción fue que el Senado de su país cancelara (la semana pasada) los recursos para aplicar un proyecto de cruces trasfronterizos de camiones, propuesto desde la administración de Bush para comprobar, entre otros aspectos, que las unidades mexicanas y los choferes también cubrían los requisitos técnicos para circular en las carreteras de EU.

En este espacio, el 5 de noviembre de 2008, señalábamos que ante el triunfo electoral de de Obama “…México deberá poner atención a lo que proponga y haga el demócrata en cuanto al intercambio comercial.”. Y, que “…más que adoptar una posición defensiva, México deberá ser proactivo en ese sentido, para evitar cualquier argumento que frene sus ventas.

Si bien la medida de incrementar aranceles afectará algo a los productores del norte, también repercutirá negativamente en México. El gobierno carece de una propuesta concreta para enfrentar este problema del TLC, y también de una que privilegie el consumo de productos nacionales o incluso de otros países, para que de esa forma se refleje claramente la represalia, al tiempo que se dan opciones a industriales y consumidores mexicanos. No faltarán pretextos a productores y comerciantes mexicanos para elevar precios, una vez más.

Lo cierto es que el gobierno de México en el tema del transporte, desde Fox y ahora con Calderón, se ha mostrado más que tibio en hacer valer el TLC; sólo reacciona pero nada más.

Sí, la crisis vino de fuera, pero ahora desde adentro se le está alimentando día a día con la falta de respuesta por parte del gobierno.

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