26-04-2024 12:26:53 PM

La salud reproductiva y el derecho a decidir

 

Analista del Departamento de Educación en Población

 

México ha sufrido transformaciones sociales, económicas y, por lo tanto, demográficas. La planeación de las políticas públicas fue creada con el fin de responder no sólo a las demandas de la sociedad sino a los problemas sociales que enfrentaba el país en un momento dado.

 

La salud reproductiva fue un concepto que se construyó poco a poco, pues en el siglo XIX desde la perspectiva ”moralina” – no moral – consideró a la sexualidad de las mujeres únicamente como reproductiva, por consiguiente, la decencia llegó a ser la categoría principal, mediante la cual se media el comportamiento sexual de los individuos – especialmente el de las mujeres-  y ese concepto se relacionaba directamente con la virginidad antes del matrimonio, la discreción y la monogamia de por vida. (Amuchástegui, A. p.79)

 

En ese siglo se puso fuerte énfasis en la mujer como pilar de la familia y del hogar, así como el valor de la reproducción reforzando, el mito de la madre abnegada y generosa, y para quien la maternidad era un “instinto” y no una elección. (En nuestros días se le ha denominado Día Nacional de la Familia).

 

Entre 1916 y 1917, en el marco de las transformaciones de la modernidad de nuestro país, se dieron los primeros pronunciamientos de las primeras feministas en Yucatán, las que exigían educación sexual, sufragio para la mujer, servicios de salud, control del embarazo, igualdad entre los sexos, entre otros.

 

En 1974, México establece su política de población; un eje importante en ella, es la educación sexual en el sistema escolar.

 

Cabe recordar que en 1974 se reforma el Art. 4º. Constitucional donde se establece: la igualdad jurídica de hombres y de mujeres, además de plantearse en ella que todo individuo tiene el derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos.

 

En 1977 aparece el primer programa nacional de educación sexual creada a través del Consejo Nacional de Población (CONAPO). Así inicia el proceso educativo y de informar sobre los métodos anticonceptivos modernos.

En la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo en El Cairo, que tuvo lugar en 1994, 165 estados refrendaron la siguiente definición de salud reproductiva:

La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y con sus funciones y procesos. En consecuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, así como la capacidad de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito el derecho del hombre y la mujer a obtener información y tener acceso a métodos de su elección seguros, eficaces, aceptables y económicamente asequibles en materia de planificación familiar, y también a otros métodos para la regulación de la fecundidad, que no estén legalmente prohibidos, además del derecho de la mujer a recibir servicios adecuados de atención de la salud que propicien embarazos y partos sin riesgos y que le brinden a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos y /o hijas sanos/as…

Posteriormente, los compromisos firmados en la Conferencia en el Cairo, el gobierno de México publicó en 1996 el Programa Nacional de Población, el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar y el Programa Nacional de la Mujer formaban parte del Programa Nacional de Desarrollo.

 

Es así como México ratifica su compromiso abierto a la diversidad y al derecho que cada persona tiene a decidir sobre su salud sexual y reproductiva –como lo señala el artículo 4o. Constitucional-, brindando información científica y laica, servicios de salud de calidad y el acceso a métodos anticonceptivos modernos.

 

La Salud Reproductiva retoma: el derecho que toda persona tiene a disfrutar su sexualidad satisfactoriamente; sus prácticas sin que ninguna otra persona pueda obligar a otra a controlar su cuerpo; además plantea la condición de género como una construcción sociocultural que separa la sexualidad femenina con la maternidad; incorpora a los hombres a hacerse responsables de la planificación familiar con el uso del condón, la vasectomía y su cuidado en su salud integral.

 

El derecho a decidir es inviolable, nadie tiene la facultad de hacerlo en nombre de la “moral”. Es mejor educar desde una perspectiva no sexista, eliminando tabúes y mitos sobre la sexualidad, brindando la información científica necesaria para que mujeres y hombres asuman las responsabilidades que les corresponden.

 

Referencias:

 

Amúchastegui, Ana (2001) Virginidad e iniciación de sexual en México. Experiencias y significados. Edamex- Population Counsil, México, D.F.

 

http://www.reproductiverights.org/esp_ww_iss_salud.html

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