¿Con qué cara Ricardo Henaine acusa a Francisco Bernat de realizar negocios de saliva, quebrar todo proyecto que emprende e incurrir en malos manejos?.
Sin duda se mordió la lengua.
Para nadie resultan un secreto las pillerías de Bernat, vicepresidente del Puebla de La Franja, pero también todos saben que precisamente Henaine no es el modelo a seguir en los negocios.
La guerra declarada a través de su periódico El Heraldo de Puebla hay que analizarlas en detalle, porque si usted sustituye el apellido Bernat por Henaine se dará cuenta que ambos están cortados por la misma tijera.
Y es que negocio que encabeza Ricardo está condenado al fracaso. ¿Ejemplos?.
Pues aparece Valle Fantástico, proyecto que se supone sería la panacea del entretenimiento de los poblanos y visitantes, pero en realidad acabó en la pena ajena luego de los engaños y las operaciones por debajo de la mesa que pretendió hacer con los terrenos.
El parque de diversiones es conocido por la vox populi como Fraude Fantástico.
¿Y qué me dice del aeropuerto “Hermanos Serdán”, donde figura como socio mayoritario?.
El concesionario de la terminal aérea es el momento en que en lo personal no ha desembolsado un peso y la mayoría de los recursos que han fluido tienen como origen a las gestiones de los gobiernos federal y estatal. Expertos financieros concluyeron que la conformación accionaria de la paraestatal resultó muy ventajosa para los empresarios poblanos en detrimento del Estado.
Tampoco hay que ir muy lejos en torno a su incursión en los medios de comunicación, donde usa el diario para fines personales. ¿Cómo se explicaría la campaña contra Bernat?.
En El Heraldo de Puebla se escribió en primera plana:
“Desde la temporada pasada Bernat había sido señalado por defraudar a sus socios, al no compartir utilidades de hasta 14 millones de pesos por concepto de los contratos de transmisión de partidos por televisión y por pagos de publicidad de las empresas Volkswagen, Cervecería Modelo, Clemente Jacques, Estrella Roja, IBM de México, Pepsi Cola, Banco Azteca y Elektra, así como los relativos a la publicidad estática en el estadio y por la venta del jugador Damián “El ruso” Zamolginy.
“Estos millonarios ingresos no fueron reportados a la directiva, ni tampoco han sido declarados para el pago correspondiente de IVA, lo cual constituye un delito del orden federal, en cambio Bernat los ocupó para cubrir otros adeudos pendientes por los que afrontaba demandas penales.
“Existen evidencias también que Francisco Bernat promueve la elaboración de un doble boletaje y controla la reventa para los partidos del Puebla en el estadio Cuauhtémoc, lo cual le permite importantes embolsos y la correspondiente evasión de impuestos.
“Pero las actividades fraudulentas de Francisco Bernat se extienden también a otras empresas de su propiedad, como es el caso de las concesionarias Audi, Porsche, VW y Ford. Esta última lo demandó por 18 millones de pesos al descubrirse que mientras reportaba a la automotriz que los vehículos estaban en bodega, en realidad ya los había vendido, donaba las facturas y se quedaba con el dinero sin reportar las ventas.”
En otras palabras, Bernat es un pillo.
Pero ya es de dominio popular: Botellita de jerez.
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