26-04-2024 11:11:21 PM

¿Más desalojos?

 

Responsable del antorchismo en el sur de la capital poblana

 

En múltiples ocasiones, se han mencionado los problemas que enfrenta el ciudadano común, en las grandes ciudades, llámese Monterrey, Distrito Federal, Guadalajara y Puebla: la falta de empleo, de educación, de salud, de seguridad y de recreo; aunado todo esto a la falta de vivienda (como puede observarse en los cinturones de miseria de esta capital) y a  los asentamientos que van apareciendo, sobre todo en las orillas de la ciudad.

 

Lo curioso es que, cuando surgen los asentamientos, quienes se ponen a la cabeza, en vez de adoptar una actitud responsable, con verdadero y profundo sentido social, para conducir a las masas a buen puerto y transformar su entorno social, se pierden y terminan corrompiéndose, volviéndose verdaderos pillos, sin importarles traicionar la buena fe de la gente y atentando contra su escasa y raquítica economía familiar, llegando incluso a vender un lote hasta por tres ocasiones con diferentes; lo que aparte de convertirse en robo, fraude, engaño y abuso de confianza (y todo lo que se pueda agregar a estas prácticas deshonestas) puede ocasionar enfrentamientos entre los presuntos propietarios, que en muchas ocasiones son tres o más.

 

Así sucede en el sur de la ciudad de Puebla, con los terrenos que ha estado vendiendo Rosendo Carmona Martínez, a quien las autoridades (tanto municipales como estatales), de manera velada, han estado apoyando, mediante la omisión de las reiteradas denuncias públicas o, simple y sencillamente, haciendo como que no ven, durmiéndose en sus laureles.

 

Prueba de esto es la actitud del licenciado Francisco Lezama, asesor de la Subsecretaría Jurídica del Gobierno del Estado, quien, a estas alturas, no puede fingir demencia, dado que se le ha proporcionado la lista (acompañada de recibos expedidos por Rosendo Carmona Martínez), respecto a la compraventa, hasta por 3 veces, de un mismo lote y, en lugar de actuar legalmente para frenar la actividad delincuencial de este “representante de colonos”, se ha dedicado a poner una serie de trabas burocráticas, tendientes a evitar el castigo que merecen este tipo de personajes, así como de falsos dueños, que se ostentan con documentos apócrifos de dudosa procedencia.

 

Una cosa debe quedar bien clara, que el grupo de colonos que han decidido organizarse de manera independiente lo han hecho para conducirse con rectitud y honorabilidad, y sólo para defenderse de cualquier acto de amedrentamiento y pillería, que provenga de estos hampones disfrazados de luchadores sociales, así como de cualquier embestida de las autoridades -llámese municipal o estatal-. Tal como pretendieron hacer, ya en alguna ocasión, con la colonia Tlacaélel, del municipio de Santa Clara Ocoyucan, donde se utilizó toda la fuerza del Estado, para pretender despojar abusivamente a humildes colonos; hacerlo en momentos tan difíciles, donde se agudiza la crisis nacional, sería un error fatal. Que conste.

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