19-04-2024 10:43:26 PM

VIH y SIDA, problemas de salud; arriesgan dignidad humana

 

Responsable del Programa de Gestión de personas que vivien con VIH, SIDA y Lupus de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla

 

Mucho se ha dicho que los derechos humanos encuentran su fundamento en la idea de dignidad humana o dignidad de la persona como valor central, del cual emanan la vida, la justicia, la libertad, la igualdad, y la seguridad; dimensiones básicas de la persona, que determinan la existencia y legitimidad de todos los Derechos que a lo largo de la historia han sido reconocidos en diversos documentos legales tanto a nivel nacional como internacional y a partir de ello se hace exigible su respeto.

 

Pues bien, atendiendo a la idea básica de dignidad humana se habla de condiciones mínimas de vida y desarrollo de la misma que debe gozar una persona y que el estado debe garantizar, llegando entonces a convertirse en obligación del estado respetar y dotar las personas de derechos en pro y con fundamento en la ya mencionada dignidad humana. Pero, ¿es ello suficiente?, es decir; ¿el contar con documentos que reconozcan y garanticen los derechos humanos, que salvaguarden la dignidad humana, es lo que nos permitirá realmente gozar de las condiciones apropiadas para el desarrollo de nuestra vida en un marco de respeto a dicha dignidad humana?; ante tal cuestionamiento me permitiría referir que aún cuando el respeto de nuestros derechos humanos es exigido a través de mecanismos legales, ello no es suficiente y tampoco plenamente efectivo. Así por ejemplo en materia de derechos humanos de las personas que viven con VIH o con sida, los documentos que se han elaborado, firmado, ratificado y que actualmente gozan de plena vigencia y difusión, no han sido ni serán suficientes para frenar la ya denominada pandemia mundial, misma que silenciosa y alarmantemente día a día arrebata a quienes la padecen la posibilidad de vivir con dignidad humana, ello no solo a razón de a las violaciones a derechos humanos que en ocasiones enfrentan diariamente en los ámbitos personal, laboral, escolar o social; sino también atendiendo al deterioro de la salud y con ello las limitaciones físicas que de suyo nos impedirían vivir nuestra propia vida con dignidad humana y además no harían posible el pleno goce de los derechos de que legalmente somos titulares; mismas que me llevan a expresar que una persona que vive con VIH aún siendo titular de todos sus derechos no los puede ejercer por su propia condición de salud, por ejemplo: tendrá el derecho legal de viajar a cualquier ciudad, pero por su estado de salud no podría hacerlo.

 

Las anteriores consideraciones son con el objeto de hacer una profunda reflexión respecto de la problemática del VIH y el sida, ya que considero que a la fecha lo verdaderamente necesario para salvaguardar la dignidad humana de la microscópica amenaza del VIH, es necesario reflexionar y analizar nuestros comportamientos y sobre todo de nuestra responsabilidad en la práctica sexual, aunque esto no es fácil, menos aún cuando se pasa de la vida privada a la vida pública; de la responsabilidad individual a la colectiva y viceversa.

 

No basta con seguir impulsando la creación de nuevas leyes que establezcan e insten al respeto de los derechos humanos de las personas que viven con VIH o padecen sida; lo verdaderamente efectivo y necesario es la concientización personal de la gravedad de este padecimiento, ya que solo si todos nos asumimos como sujetos de riesgo ante el mismo, adoptaremos las medidas para no contraerlo y a su vez percibiremos en quienes ya lo padecen a seres humanos con iguales derechos que los nuestros, y por tanto se crearía un escenario que permitiría en mayor medida vivir con dignidad humana.

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