Responsable del trabajo antorchista en el norte de la capital poblana
Alentado por su protagonismo y engallado por quienes lo apoyan tras bambalinas, para procurarle, entre otras cosas, generosos espacios mediáticos donde desbocarse impunemente, Plácido Romero, quien usurpa el título de presidente de la colonia Viveros del Valle, ha vuelto a salir a la opinión pública a lanzar basura contra el antorchismo.
No me interesa convencer a Plácido -sé que nos ataca para cumplir perrunamente un encargo de quien le mueve los hilos en contra nuestra-, pero sí es necesario que no avalemos con nuestro silencio las acusaciones que este individuo nos lanza, amparado en el membrete de presidente de la colonia, que nunca obtuvo en una elección sino mediante una negociación política, de la que ahora está pagando las facturas, acusándonos de invadir un predio destinado a una escuela, lo cual es absolutamente falso, como veremos a continuación.
Hace tiempo, cuando Plácido juraba que era un leal antorchista, se sumó a nuestra gestión por la secundaria para Bosques de Manzanilla y, además, nos pidió que lucháramos por una primaria para su colonia, Viveros del Valle, aledaña a la anteriormente señalada. Nuestra gestión ya estaba muy avanzada, puesto que ya habíamos cubierto todos los requisitos ante las autoridades municipales para la expropiación del único terreno disponible y que cumpliera con las medidas exigidas por la SEP, el cual se ubicaba en Viveros del Valle, pues en Bosques de Manzanilla no hubo ninguno que cumpliera la norma exigida. Además, al tomar nosotros la gestión de la primaria, insistimos ante la SEP para que aceptara que ese mismo terreno sirviera para ubicar ambas escuelas.
Después de muchos trámites y marchas, la SEP nos dio la clave de la secundaria y se empezó a gestionar la construcción del edificio para la misma, puesto que, hasta ese momento, funcionaba en un local inadecuado; finalmente, después de mucho estira y afloja, el gobierno autorizó su construcción en el predio ubicado en el lote 2, de la manzana 30, de la col. Viveros del Valle, donde ya se construyeron -con recursos del Gobierno del Estado- tres aulas de la secundaria técnica #118, y donde el próximo ciclo escolar se construirá, en beneficio de todos los niños de la colonia Viveros del Valle y de las aledañas a ella, la escuela primaria, cuya clave la SEP está comprometida a entregar el próximo ciclo escolar; es decir, ambas escuelas, una ya construida y la otra en pleno proceso de reconocimiento, funcionarán en el predio que Plácido nos acusa haber invadido, a pesar de que sabe perfectamente que eso es una mentira del tamaño del Popocatépetl.
Con sus acusaciones y calumnias para demeritarnos, Plácido ofende a todos los que participaron para hacer realidad ambos planteles: a los habitantes de esas colonias que se mantuvieron firmes hasta vencer todas las trabas burocráticas y legales (por ejemplo, el dueño se amparó en contra del decreto de utilidad pública en la gestión pasada, y se le tuvo que ganar en un juicio); a los funcionarios, como el lic. Javier López Zavala, con quien negociamos el paquete de obras, donde venía incluida la construcción de la secundaria de Bosques de Manzanilla/ Viveros del Valle; a los funcionarios de la SEP, que otorgaron la clave de la secundaria y se comprometieron a entregar, para este año, la de la primaria; y a las autoridades municipales, que apoyaron francamente la instalación de estas escuelas, para beneficio de los niños y jóvenes que en ellas se formarán.
Ante estos hechos, totalmente demostrables, que exhiben que jamás ha existido una invasión nuestra y que el predio supuestamente invadido por los antorchistas es en realidad el lugar donde se construyen dos importantes centros educativos, podemos afirmar que Plácido es un calumniador que se ha venido a sumar a quienes se alquilan para atacar al antorchismo, mandados, y pagados, por grupos de poder que nunca han visto con buenos ojos el crecimiento de una organización independiente y luchadora.
Por eso, además de agradecer a todos los que participaron en la creación de ambas escuelas, animados por la máxima del gran ideólogo mexicano Don Jesús Reyes Heroles, que reza: “cuesta mucho educar a un hombre (este proceso de Viveros del Valle es un ejemplo palpable), pero cuesta más todavía no hacerlo”. Sólo nos queda responder a las mentiras de Plácido Romero con aquella frase memorable atribuida a Don Quijote, que cuando su amigo le dijo: “señor, los perros están ladrando”, le contestó: “tranquilo, Sancho, es señal de que estamos cabalgando.”
