Licenciado Germán Martínez Cázares
Estimado presidente de nuestro partido, quien te escribe Doctor Miguel Edgar Ayllón Villegas, originario y residente de la ciudad de Puebla, Miembro Activo desde 1996, precandidato a regidor propietario, diputado local suplente y precandidato a diputado local.
Lo que he observado en estos últimos años de militante es que si no eres de familia pudiente, heredero de un apellido de alcurnia panista, o simplemente rico, dueño de grandes empresas ó conocido empresario ó más aún, familiar, amigo o compadre de los líderes partidistas, pues simplemente eres un mortal inscrito en un partido con modalidad de Club sin derecho a nada mas que a recibir ordenes de esos líderes, si un miembro activo solicita un trabajo, una ayuda, una recomendación, primero debe obedecer, eso sí, nunca a aspirar a ser elegido y mucho menos esperar beneficios personales, colectivos o sociales de los escogidos para los puestos públicos, al contrario, se exige apoyarlos, esa es la verdad que lastima y lacera el ideario que nos dejo Gómez Morín, el ejercicio incorrecto del poder de estos panistas, se convirtió en una traición para la responsabilidad que les ha sido asignada, el partido nacido de ideas se cerró a las nuevas ideas, en la actualidad el manejo del partido no es la de solo administrar recuerdos sino la de crear esperanzas.
En Puebla, desde que nuestros líderes sintieron las vibras que da el triunfo, muchos de ellos, así como decenas de servidores públicos sintieron el poder, pero éste llegó a corromperles el alma, el dinero hizo nublar el espíritu humanista de Gómez Morín.
Desde entonces se convirtieron en raptores doctrinarios para turnarse cargos partidistas ó puestos plurinominales con fines personales o grupales, lo que propicio que a la fecha, los miembros activos, los reales, los que pegan pendones, los que se enfrentan al PRI en cada elección sin importar arriesgar su físico, los que trabajan todo el día promoviendo al PAN y sus candidatos a cambio de nada, esos grandes hombres y mujeres que por su tesón y esfuerzo en cada casa, en cada calle, lograron hacer ganar a muchos panistas, esos verdaderos héroes de nuestro partido, triste y lamentablemente dejaron de creer, dejaron de sentir la pasión por las siglas PAN, eso estamos cosechando gracias a esos falsos panistas y ahora vivimos las consecuencias sociales en el descrédito y desconfianza, así lo muestran las encuestas y las últimas penosas y dolorosas derrotas.
Así pues, entre panistas cabe la diferencia entre inteligencias, pero no la disociación de los corazones, por ello los invito a reconstruir la confianza en el panista y en el ciudadano poblano a base de muestras democráticas defendiendo liderazgos regionales que impulsen candidaturas genuinas dejando atrás imitaciones priístas eligiendo candidaturas de designación, o mejor dicho de dedazo.
El sentido humano de la sociedad se genera en la confianza y en el que tiene el valor de perseguir, de defender una idea incluso de gritarla, una solución más allá de la palabra que vaya envuelta de una actitud que la comprometa y eso se logra permitiendo una expresión llena de libertad partidista.
El panismo poblano necesita una reflexión profunda para buscar la reconciliación con la sociedad, un partidismo no es una asociación de complicidades jerárquicas independientes del sentir ciudadano sino por el contrario es el encuentro de las virtudes humanas y cívicas perdidas añadiendo inteligencia y congruencia para la búsqueda en común de soluciones que atañen a la sociedad.
Acción Nacional ha navegado en la última década, bajo el amparo de comités sectarios que han impuesto candidatos sin refrendar el espíritu democrático, eso ha lastimado la dignidad del panista, y ahora ustedes quieren hacer lo mismo, imponer candidatos, más aún, candidatos que ya fueron diputados ya sea locales o federales, ese criterio es simplemente absurdo, de dónde parte la idea que candidatos conocidos son garantía de victoria, quién les dijo que la ciudadanía acepta esa idea, esos candidatos cuando ganaron por primera vez, no eran nadie, simplemente hombres y mujeres llenos de fé y eso simplemente basto para generar confianza en la sociedad que los hizo ganar, porqué ahora pensar lo contrario.
Por otra parte, los nuevos estatutos permiten la oportunidad de votar a los adherentes, porqué no permitir un ejercicio más democrático que genere la confianza en los panistas y en la sociedad, en la actualidad, las imposiciones y decisiones cupulares han lastimado y han provocado la desilusión, no continúen por el mismo camino, les recuerdo lo que dijo Gómez Morín, (1915 y otros ensayos, editorial Jus, 1973, página 34) “El valor no es cerrar los ojos ante el fracaso, sino evitarlo o sacar de él nuevo aliciente para la acción”.
Perder el rumbo humanista y democrático es perder al partido.