En el ambiente político poblano huele a sucesión por la gubernatura.
La definición de candidaturas a diputados federales pasó a segundo término, al igual que el IV Informe de Labores de Mario Marín Torres.
En cualquier rincón se conspira sobre los intereses que giran en torno a los aspirantes por Casa Puebla.
El gobernador puso su parte: Autorizó la celebración del cumpleaños de Javier López Zavala el día en que rendirá un informe a los poblanos. Viernes 16 de enero en el salón Country de San Manuel.
El mandatario sabe que una victoria contundente en las elecciones federales del 5 de julio le dará margen de maniobra para convertirse, quizá, en el primer gobernador que deja sucesor.
Engañar con la verdad, parece ser la tónica de Marín, quien tras los sucesos que dejó el escándalo de Lydia Cacho se reposicionó políticamente para ejercer el poder.
Zavala pudo celebrar su aniversario el día en que lo cumple, pero no. El mensaje político es claro: Va.
El análisis político arroja que la decisión se circunscribe en la óptica de lo que trae ya consigo el festejo cumpleañero: Alianzas, traiciones, golpes bajos, lealtades, con quién se contará.
Está claro que quienes integran la “burbuja marinista” saben que el más posicionado del grupo es precisamente el secretario de Desarrollo Social, aunque muchos no estén conformes.
O es uno de ellos o serán los adversarios que desde que arrancó el sexenio esperaron la caída de Marín y la extinción del grupo.
El festejo zavalista hay que contextualizarlo en la necesidad de acercarse a grupos fácticos de poder en la capital del estado. Para nadie es un secreto que su fortaleza no reside precisamente en la Angelópolis.
Empresarios y grupos de presión lo miran con recelo. Sin embargo, la fiesta servirá para eso. Para medir, analizar y lanzar tiros de precisión respecto a quienes se oponen a lo que podría ser.
Zavala opera libremente en el interior del estado. Ha logrado amarres con sectores duros: Iglesia, empresarios, productores, ganaderos y hasta señores feudales.
Los resultados de las mediciones así lo indican. En el interior del estado es el único priísta con presencia, pero su talón de Aquiles es la capital, donde realiza al menos una vez por semana una gira de trabajo.
Los reportes de sus actividades están en el escritorio del propio Marín como de la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel.
La fiesta no es destape de Zavala, sino servirá para descubrir lealtades.
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