26-04-2024 06:21:24 PM

Una batalla más

 

Jefa de Prensa y Publicaciones del Movimiento Antorchista en Huitzilan de Serdán

 

Desde hace algunos años se hace énfasis en la correcta aplicación de los recursos y en la cultura de la rendición de cuentas claras en las administraciones municipales, contribuyendo de manera positiva, muy seguramente, en el mejor ejercicio público y, consecuentemente, en beneficio de la población.

Sin embargo, existen importantes rezagos respecto a este asunto, los cuales deberían revisarse y hasta modificarse. Tal es el caso de la  contratación de auditores externos, que supervisan a los ayuntamientos, generando un importante egreso para las míseras arcas municipales y, desde el punto de vista de varios expertos y autoridades, resulta innecesario, pues para esa tarea de supervisar y auditar se encuentra el Órgano Superior de Fiscalización.

Prácticamente, ha quedado prohibido hacer obras y acciones por la modalidad de administración municipal, cuando en el pasado -de acuerdo con la capacidad administrativa (contable y técnica) con que los ayuntamientos contaran- tenían la posibilidad de efectuar obras importantes, contratando mano de obra y materiales de construcción, del propio municipio, y regían generando una derrama económica. Hoy, por el contrario, todo se contrata con las constructoras que ganan importantes porcentajes en los indirectos, utilidad y otros conceptos, sin generar el mismo impacto económico que el anterior.

Existen, incluso, problemas específicos con el trabajo que realizan los que auditan, pues en muchas ocasiones cambian los enfoques entre departamentos y funcionarios, ocasionando -en más de una vez- serios problemas para los funcionarios menores, quienes, dicho sea de paso, no son expertos y no llegan a alcanzar ese nivel en los tres años de trabajo.

Por eso, llama la atención el caso del ex presidente municipal de Huitzilan de Serdán, Pedro Cipriano Bonilla, señalado injustamente como un alcalde que no solventó importantes sumas de recursos (tanto en 2006 como en 2007), y sobre el cual se inicia un juicio para fincar responsabilidades.  Los funcionarios municipales encargados de esta tarea (que concluyeron con él la administración) afirman que efectivamente se tuvieron algunos problemas al principio del periodo, lo que provocó la salida del contador, quién incumplió tareas y dejó varios pendientes, pero posteriormente se regularizó la labor administrativa-contable.

Destacan que el monto por el que se tacha al municipio es hasta tres  tantos más de lo que realmente recibió y manejó la Comuna. Que las comprobaciones de los recursos fueron presentados en tiempo y forma (los que les fueron señalados en el proceso administrativo), comprobándose al 100 por ciento todas las obras y acciones. Para mayor evidencia, todas las obras y acciones (del Ramo 33) se encuentran construidas y en servicio, para la población; como lo constataron los propios auditores del ORFISE (de los tres años del ejercicio 2005, 2006 y 2007).

Afirman que se encuentran trabajando en la liberación de las cuentas públicas, para demostrar -una vez más- que la administración de Pedro Cipriano Bonilla no robó ni incurrió en peculado, que no causó daño patrimonial alguno al erario, y que, a lo sumo, puede hablarse de deficiencias administrativas. Están seguros de ello y prometen que lo demostraran.

Sólo desean recibir el trato adecuado, pues -en más de una ocasión- importantes funcionarios dejaron entrever que se trataba de un acto de represión contra el Ayuntamiento de Huitzilan, orientado a provocar la desacreditación de la capacidad y honradez de los gobiernos emanados de las filas antorchistas; resulta sumamente grave que se esté utilizando la ley como instrumento para golpear políticamente a una administración honesta, que así como asumió el poder lo entregó, sin enriquecerse, salvo en la satisfacción de contribuir con su pueblo, como lo hizo pedro Cipriano Bonilla y regidores.

No se piden privilegios ni trato especial, sólo el justo y mismo para todos, pues se filtra -en más de una ocasión por algunos medios de comunicación- un trato benévolo y complaciente, que reciben ciertos personajes públicos a la hora de calificar sus administraciones. Seguro que los antorchistas lucharán para limpiar la imagen pública del representante que hoy pretenden sancionar injustamente; el pueblo siempre sabrá reconocer el trabajo y la honradez.

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