A los tricolores
1.- Toda la efebocracia latinoamericana a fines del siglo pasado, demostró su total incompetencia para dirigir los destinos de sus pueblos o cuando menos orientarlos, en los diversos países que las circunstancias o la fortuna les permitieron llegar a sus gobiernos nacionales, estatales o municipales.
Esto es aplicable a los tres poderes existentes en las democracias occidentales: El Ejecutivo, el Legislativo, y el Judicial.
Si hubiese opinión contraria seguramente en estos momentos Latinoamérica y con ella México, caminan por el sendero visible y palpable del desarrollo social. Luego entonces sus reclamaciones contra mi tesis, que no hipótesis, deben dirigirse contra la mass-media y uno que otro viajero que en las mesas, en las academias o en las iglesias manifiesta el atraso, la inseguridad, la carencia de liderazgo y ante todo: la ausencia de bienestar en nuestros hogares.
2.- Los fracasos en la conducción gubernamental de la casta política-partidaria-electoral (que no clase), son originados entre otras causas, por la ausencia de profesionalización de sus cuadros.
Paulatinamente y gracias a la patrimonialización del poder político-administrativo-económico, los presidentes de la República, gobernadores, secretarios o ministros de estado, senadores, diputados, y jueces y magistrados, impulsaron a jóvenes provenientes de invernaderos familiares, que sin ninguna práctica ni ejercicio social, y carentes de una concepción ideológica, bajo la sombra de sus protectores fueron asumiendo diversas responsabilidades sin estar preparados para ello.
Si hablásemos de la vegetación, nuestra ignorancia en la botánica no nos impide entender que las creadas en invernadero son incapaces de resistir igual que las creadas en campo abierto.
3.- Con la conducta juvenil que pretende volar cuando aún sus extremidades no le permiten correr, edad pletórica de ambiciones desbordadas, los políticos jóvenes latinoamericanos con honrosas excepciones, no quieren someterse ni son sometidos, a las reglas de la especialización que exige la administración de recursos humanos.
4.- En los diversos rangos de los partidos políticos y gobiernos orientales, por ejemplo en el Japón y en China continental. Las elevaciones de sus rangos están sujetas a las tres leyes no escritas de la antigua política mexicana que se aplicó por décadas hasta la llegada del señor Luis Echeverría Alvarez.
Estas tres normas fueron la consistencia o dureza, la persistencia o continuidad y la resistencia a todas y cada una de las adversidades que se encuentran en la aspiración y en el asumir del ejercicio público, sea político-partidario o sea político-social. Los resultados están a la vista.
5.- En Puebla el señor Melquiades Morales Flores hizo una jornada de treinta años para lograr sus metas juveniles. El actual Ejecutivo Estatal dilató mas de dieciséis años navegando por lagunas, lagos, ríos y mares procelosos para llegar al puerto de sus hoy logradas ambiciones personales.
Estos ejemplos deben fortalecer los ideales y las ambiciones de todos los políticos locales de todos los partidos, e incluso de los liderazgos del capital privado nacional o poblano aquí asentado. La Puebla del 2009 y del 2010 será muy diferente a la que votó hace cuatro años, por una simple razón: Nada detiene la evolución de una sociedad cuando sus medios de comunicación masiva se agigantan en la búsqueda de la verdad.
“La instantaneidad mata a la manipulación”, y la bendita llegada del internet y la expansión de su uso fortalece esta mi hipótesis. Agreguemos sólamente tres ejemplos de la naciente opinión pública poblana:
E.1.- Un ex-rector muy popular por cierto de una de las universidades mas caras de Latinoamérica, opina sobre la obra pública gubernamental.
E.2.- Dos rectores de dos prestigiadas universidades privadas, critican la conducta personal de un ex-rector y de un rector en ejercicio de la universidad pública poblana.
E.3.- Un lector del común, como Usted y como yo, anónimamente denuncia el uso personal-familiar de un poseedor de un vehículo utilitario del Gobierno del Estado.
Personalmente afirmo que el ejemplo uno y dos debieron ser acompañados en su tiempo de ejemplos de congruencia, y admito la validéz del ejemplo tres, aunque lo anónimo mata per-se cualquier denuncia, toda vez que no se vé el valor civil.
Sin embargo la sociedad poblana camina, y el chapulinismo de todos los entes de interés público constitucionalmente hablando, deben ser desterrados si deseamos crear una “democracia de bienestar social”.
cesarmusalem@puebla.com