Antonio Marín López ya se la creyó.
El nuevo secretario de Salud se puso su halo anticorrupción porque está convencido, gracias a sus asesores, que si limpia de la transa a la dependencia a su cargo se convertirá en el candidato natural a la gubernatura.
Pero no crea que por el PRI, sino por ¡el PAN!.
Cobijado por el secretario federal de Salud, José Ángel Córdova, quien habría recomendado personalmente a Marín López con el gobernador Mario Marín, ya hasta contrató los servicios de la empresa Opina, a cargo de Rigoberto Benítez.
Por si fuera poco un comunicador vecino lo orienta en el ámbito mediático.
Y ya entrado en gastos cuenta con el respaldo económico del empresario Juan Huerta Ortega.
Sus asesores le han dejado en claro que si logra limpiar de la corrupción a la Secretaría de Salud será su mejor carta de representación para aspirar a la gubernatura.
En sus análisis, les queda claro que en el PAN lo verían como una opción, porque el senador Rafael Moreno Valle no lo dejarán pasar como candidato y ninguna otra figura del panismo tendría la imagen de transparencia de Marín López.
Convencido de sus propias historias, el secretario de Salud sigue al pie de la letra los consejos, razón por la cual empezó a desmarcarse del gobierno de Mario Marín, a quien sus asesores lo catalogan de corrupto y desprestigiado.
En los hechos, Marín López ya se peleo con los secretarios de Gobernación, Mario Montero; y de Desarrollo Social, Javier López Zavala, a través del despido de personajes cercanos que operaban en salud: Luis Miguel Viñuela y Reyes, director de Administración y Finanzas; y el director de Atención a la Salud, Jorge George Sánchez.
Por si fuera poco, se enfrentó a Finanzas con la salida de Ricardo Villa Issa.
Marín López considera que sólo con una limpia integral en Salud los poblanos se lo agradecerán con su voto.
El funcionario está claro que tiene un doble juego.
Está claro que cobra en el gobierno que descalifica.
Cree que la cercanía con José Ángel Córdova le servirá para llevar sus cartas credenciales con el presidente Felipe Calderón, quien ante el eventual rompimiento con la maestra Elba Esther Gordillo, Moreno Valle quedaría inhabilitado.
Y, entonces él, como el Ave Fénix resurgirá de las cenizas.
Ni duda cabe que pronto comenzarán a filtrarse datos de las corruptelas en Salud durante la gestión priísta de Roberto Morales Flores, solapada por el gobierno marinista, pero a su vez se le enderezará una campaña contra Moreno Valle para enfrentarlo con los panistas duros.
Marín López pierde de vista que lo peor que le puede pasar a un político es creerse su propias mentiras.
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