20-04-2024 06:52:08 AM

Cambio de aire

 

Hace unos meses cumplí los 23 años y por este motivo decidí que era hora de cambiar mi forma de vida, compré un depa en una muy buena zona de la ciudad, cambié el coche que tenía por uno mejor y también compré algo de ropa, pero eso no es lo importante ¿o sí?

 

Resulta agradable que una de mis mejores amigas de casi toda la vida y hermana de un ex compañero de clases vive justamente en el edificio de enfrente, su nombre es Mónica y créanme que es una hermosura de mujer, de su cuerpo… se puede decir que es perfecto, no es muy alta pero tampoco muy baja, digamos que tiene la estatura ideal para una chica como sólo ella puede ser.

 

Su piel es de un color tornasol y suave como el algodón, sus labios son pequeños, rojos y delgados con un sabor a miel que mataría a cualquier hombre, su trasero es bien firme y levantado, sus senos parecen dos toronjas firmes y duras recubiertas con eso a lo que llamamos piel, sus ojos de color azul con una mirada penetrante y dulce a la vez como si fuera una niña, y aunque no lo crean eso es lo que parece, su rostro es lo más hermoso que hayan visto mis ojos, parece el rostro de una niña de 7 añitos en el cuerpo de una mujer de 22 años, su cuerpo es casi atlético y eso quizás se deba a la gran cantidad de tiempo que pasa en el gym.

 

Desde antes que me mudara yo sabía que vivía allí, porque ella estaba estudiando y el depa es de sus padres, así que al mudarme ella sabía que yo iba a estar en el edificio de enfrente, ella vivía todavía con sus padres pero desde hace un tiempo quería mudarse sola para no depender de nadie, sin embargo, las ganas no son suficientes para cumplir esta meta… también hace falta dinero. Mónica llevaba tiempo trabajando para una pequeña empresa pero su salario apenas le alcanzaba para pagar el alquiler de algún depa barato, pero aún así no podía pagar el arancel para solicitar el depa.

 

A dos o tres semanas después de tanto buscar le propuse que se mudase conmigo, que de esa manera puede tener su espacio y de paso ver el depa como si fuese suyo ya que yo no pasaba mucho tiempo en él y que además así podía ayudarme a cuidarlo. No crean que me respondió de inmediato, pasaron dos semanas más cuando ella me dijo que aceptaba mudarse a mi depa con la condición de que ella ayudara con el pago del mismo para que no todo lo hiciera yo y para que ella pudiese sentir en verdad que el depa era de ella también, claro que le dije que no había problema con eso, de todos modos sabía que lo iba a decir, pues para eso estaba buscando un depa.

 

Al siguiente día hablamos con sus padres y ellos, que tanto me conocen, no se opusieron a la decisión de su hija (mi amiga), casi de inmediato nos pusimos a sacar las cosas de Mónica de la que era su habitación y mientras lo hacíamos, sus padres nos comentaron que ellos también pensaban en mudarse y vender el depa ya que ninguno de sus hijos quería vivir a la ligera, recibiendo de sus padres algo que ellos querían conseguir por mérito propio, sin muchas palabras y con algo de prisa y ayuda sacamos las cosas de Mónica para llevarlas a mi depa digo… “nuestro depa”. Terminamos la mudanza en dos días completos pero al final valió la pena el esfuerzo.

 

Los primeros días teníamos que acostumbrarnos a vivir juntos ya que era una nueva etapa para ambos, en ocasiones anteriores habíamos dormido juntos en su cama o en la mía, o en la de otro lado por los viajes que hacíamos cada mes de agosto en los anteriores años. Durante esas dos primeras semanas salíamos a comer, a una que otra disco o simplemente a un café donde pudiésemos pasar un rato agradable para conversar sobre los viejos tiempos y de los nuevos también.

 

Un día en una de estas salidas, ya comunes entre nosotros, fuimos a divertirnos a una disco, para mi sorpresa pero más para mi compañera de vida, su ex estaba allí en la misma disco bailando con un chica que la verdad no sé que le vio, le dije a Mónica que si le incomodaba la presencia de su ex en el club que podíamos ir a cualquier otro lugar para que ella no se sintiera mal, ella accedió y nos fuimos de ese lugar a una montaña que está cerca del depa.

 

Una vez allí, le ofrecí una chaqueta para que se cubriese un poco del frío que hacía esa noche.. yo caminé en círculos mientras hablaba con ella la cual estaba apoyada en la camioneta.. di unos pasos al frente y me senté a orillas de un árbol de tal manera que podía tener a Mónica viéndola de frente a mí.. la invité a sentarse a mi lado pero ella se sentó entre mis piernas como antes cuando necesitaba que estuviese allí, en ese instante la abracé con todas mis fuerzas y le di un beso en la frente, nos quedamos así, inmóviles por un rato, con la mirada fija en el cielo estrellado como si fuéramos más que amigos… “novios”.

 

Al llegar a casa nos despedimos como los dos amigos que siempre habíamos sido y agarramos cada uno a su habitación, yo no podía dormir, no hacía más que pensar en Jenniffer (mi ex). Habíamos terminado hace unas semanas y todavía la amaba.. pero sabía que ella ya no era más parte de mi vida.. como no podía dormir, me levanté y fui a la cocina por un vaso de agua, al devolverme a mi habitación, escuche a Mónica llorar.. entré a su cuarto y allí estaba ella, llorando sobre su cama.. desnuda.. (ya había visto a Mónica desnuda varias veces y ella me ha visto a mi desnudo.. teníamos confianza para eso.. pero nunca habíamos hecho algo como lo que pasó esta noche).

 

Me acerqué a ella, la abracé nuevamente y le pregunté:

 

– ¿Qué te pasa?… ¿Te sientes bien?

– Sí, estoy bien.

– ¿Estáis segura?… te noto rara.

– ¿Rara?… ¿Cómo rara?

– No sé, distinta… no pareces tu.

– Lo sé… ya lo sé.

– ¿Es por tu ex?

– Supongo que sí, quiero olvidarlo pero no sé cómo.

– ¿Puedo ayudarte?

– Tal vez… sí.

 

En ese momento acercó sus labios a los míos, me besó con tanta pasión y yo respondí a sus besos.. ya antes nos habíamos besado incluso habíamos sido pareja y cuando terminamos quedamos en un pacto de que si ninguno tenía novio y nos encontrábamos por allí nos pudiésemos besar en los labios como si fuéramos pareja otra vez.

 

No encuentro palabras para expresar las acciones que estaban ocurriendo entre Mónica y mi persona, es decir, siempre habíamos sido amigos, casi hermanos, incluso cuando éramos pareja, yo siempre la admiraba y la respetaba… no niego que nunca soñé con hacerle el amor, pero de soñar a la realidad y entre nosotros, se veía más que difícil… imposible. Yo no tenía una franela puesta.. sólo tenía un pantalón de dormir y mi bóxer puesto.

 

La tomé por las caderas mientras besaba sus labios que tanto me atrapaban… pasaron muchas cosas por mi mente en ese momento pero como saben “cuando uno quiere pensar con la cabeza… las hormonas siempre ganan”… me detuve por un momento, la miré fijamente… no podía creer que esto estaba pasando… le pregunté si estaba segura de ello a lo que respondió que sí… la levanté de la orilla de la cama donde estaba y la coloqué más hacia el centro de la misma, me quité la poca ropa que tenía puesta y me acerqué a ella.

 

Rocé sus piernas con las yemas de mis dedos mientras veía como se estremecía del placer que eso origina, el primer movimiento de mis labios en su grandioso cuerpo fue dirigido con el mayor cuidado hacía su ombligo, mis manos se corrieron hasta llegar a sus nalgas, sintiendo su agitación… bajé un poco hasta llegar a la entrada de su zona íntima más codiciada por todas las personas que sé han sido sus novios… contuve la respiración por un segundo y asentí mi cabeza a su hoyo, rocé mi nariz con él y con un ligero y corto movimiento comencé a saborear su coñito, el cual tenía un sabor agradable y distinto al de cualquier otra chica con la que haya estado.

 

Con mi lengua empecé a hacer movimientos circulares alrededor de su hoyo para poder abrir ese pedacito de cielo en el que me encontraba y el cual deseaba… mientras que mi boca disfrutaba de su coñito, mis manos empezaron a moverse casi por inercia en dirección de sus senos rozándolos, sintiendo lo duro que estaban, notando su excitación y su respiración casi tan acelerada como la mía, bajé un poco el ritmo de lo que estaba haciéndole para intentar controlar el ritmo cardíaco al que nos estábamos sometiendo ambos.

 

En un instante, subí mi mirada a sus ojos… mis manos seguían en sus senos… sus manos sobre mi espalda… comencé a subir hacia ella besándole nuevamente su ombligo (no sé por qué pero eso me gusta mucho) hasta apartar mis manos de sus senos y dejárselos a mi boca, mis manos pasaron a su espalda, caderas y piernas… sus manos estaban ya al alcance de mis nalgas por lo que ella no perdió tiempo para dirigirlas hasta allí. Seguí en lo mío… besándole los senos y pasando por el resto de sus pechos, su cuello y sus labios.

 

Cambiamos de plan, por así llamarlo, ahora era ella quién tenía el control en su cama, se separó de mi y bajó su mirada y su cuerpo hasta mi miembro, lo tocó con sumo cuidado y con un cariño como si fuese a una persona a la que le da un abrazo amistoso, se lo llevó a la boca y empezó la lamerlo… su lengua era cálida… sentía como se deslizaba a lo largo de mi miembro mientras su saliva lo rodeaba completamente… ella seguía chupando como si fuese una paleta que nunca en su vida la volvería a saborear, ese hecho me excitó mucho más de lo que pudiese comentar.

 

Me incliné hacia atrás, dejándome caer sobre la cama y ella, que aún seguía con la chupada, colocó la mano que le quedó sola sobre mi pecho, podía sentir como sus senos chocaban con mis piernas como cuando chocan dos coches de frente… comencé a notar como nuestra respiración se elevaba de nivel entre tantos besos y abrazos.

 

Pienso que ella se dio cuenta de ello también… pues dejó de chuparme la pinga, me acerqué nuevamente a sus labios y volví a besarla, esta vez con mucha más fuerza y pasión, en ese momento pude sentir su respiración mezclándose con la mía mientras que nuestros cuerpos, ya sudados, empezaban a fusionarse entre sí. La dejé caer en la cama a fin de que se encontrase boca arriba, vi su cuerpo un minuto y al otro estaba incrustándome en su ser.

 

Empecé a entrar en ella poco a poco… sus labios vaginales se abrían al paso de mi glande que cada vez entraba más y más en ella… oía como soltaba gemidos de placer y dolor que se combinaba con sus palabras las cuales me pedían que se lo metiera completo de una vez – Métemelo por favor.. mételo todo de una vez – y yo no me hice de rogar, ante su petición le incrusté todo mi miembro en su ser… ella soltó un fuerte grito al momento de la penetración, algunas lagrimas saltaron de sus ojos recorriendo su rostro en caída al suelo, ante el dolor, comencé a mover mis caderas y ella hizo lo mismo con la suya.

 

Acerqué mi boca a la suya nuevamente, la besé con la mayor tranquilidad y lentitud, esperé así un momento y le pregunté si estaba mejor, ella asintió con la cabeza, colocó sus manos a los extremos de la cama y me pidió continuar, me acomodé sobre ella y comencé a embestirla, primero con suavidad y luego aceleraba el ritmo, iba cada vez más y más y más aprisa… sus senos saltaban sobre ella, su abdomen se contraía en sí misma, sus gemidos eran cada vez más seguidos, estaba disfrutando de lo que le estaba haciendo.

 

Sus piernas se entrelazaron sobre mi espalda, sus gemidos iban en aumento, cada vez eran más y más fuertes… mi mirada quedó fija sobre sus senos mientras continuaba con las embestidas que hacía en contra de su cuerpo, después de unos minutos alcancé a sentir que iba a explotar, presioné mucho más a Mónica… solté una última embestida y mi leche calló dentro de ella, dentro de ese hermoso coñito que tanto me había gustado saborear.

 

Esa misma noche hicimos el amor dos veces más, al amanecer nos dimos un baño juntos y completamos una cuarta ronda sexual. Los días siguientes nos las pasamos durmiendo juntos o haciendo el amor cada vez que queriamos liberar un poco de presión del día… hoy a sólo unos meses de este primer encuentro, tanto Mónica como yo tenemos pareja, yo no amo a mi novia y sé que Mónica tampoco ama a su novio, así que seguimos teniendo nuestros encuentros en la cama.

 

Mónica ha llevado a su novio al depa para que lo conociera… incluso sé que han hecho el amor varias veces, no la culpo yo he hecho lo mismo con Mariana (mi nueva novia), pero ninguno de ellos tiene un amigo o una amiga como Mónica y yo.

 

Después de esa noche, tanto Mónica como yo tenemos una mejor relación personal y ahora somos mucho más amigos que nunca, nuestras parejas no saben lo que hacemos y disfrutamos del sexo cada vez que queremos..

 

Espero que les haya gustado.. si quieren saber algo más de mi vida o lo que será el próximo aporte de mi parte para este site pueden ponerse en contacto conmigo, sus comentarios serán bien recibidos..

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