19-04-2024 02:43:50 PM

Javier, el extranjero

1.- Rezan las leyendas, que esta ciudad angelical, levítica y querúbica, fue fundada por cientos de ángeles, dirigidos seguramente por las grandes maestranzas de arquitectura e ingeniería angelicales. Ignórase hasta la fecha los nombres o ad-vocaciones de los capitanes inventores de ciudades-pueblas.

2.- La realidad supera a la fantasía, y esta muchas veces es develada por la historia.

Los historiadores afirman que cinco mil miembros de diversas naciones autóctonas, le entraron en chinga en esta área geográfica, para construir lotes y casas no mayores de ochenta, para los españoles que en vagancia total robaban, asaltaban y violaban incluso a las mujeres hijas, esposas y parientas de los ventorrillos existentes entre el desembarco en Veracruz de mercancías y personas, y la capital de la colonia que era México.

3.- Hay constancia y fé de hechos, que construída la “primera Puebla” en las partes bajas del área, sufrió inundación y fue creada la segunda, donde ahora se encuentra el (casi abandonado por la desidia propietaril y una adecuada conceptualización estratégica urbana) el Centro Histórica Patrimonio de la Humanidad.

4.-  Si La Puebla fue creada que no fundada por ángeles, éstos no eran miembros de las naciones autóctonas sometidas en nombre de la cristiandad católica-apostólica y romana, al vasallaje hispano.

Si la Puebla fue creada que no fundada por las naciones autóctonas, fue bajo órdenes del conquistador para los fines de la conquista, y esta era extranjera.

5.- Todavía allá por los cincuenta corría un dicho que pasaba por broma y que rezaba: “Puebla fundada por los españoles, vivienda de franceses y otras razas, y gobernada por los árabes”.

6.- Para no caer en el artilugio mental barato, primitivo y anacrónico de la Xenofobia, tómese el lector la molestia de leer el directorio telefónico y si fuese generoso compararlo con los similares de diversos estados de la República.

Su servidor en treinta años interrumpidos de vivir en esta grandiosa y generosa urbe cuando no acude a una vela juchiteca, a una cena tabasqueña, a una comida veracruzana, ha tenido acceso franco y directo a desayunos cristianos todos de nacionalidades del otro lado del Atlántico, o del Pacífico, o de cualquier parte del mundo, pues sus hijos, sus nietos, sus yernas y nueros, son orgullosamente poblanos.

7.- Ahora bien pertenezco a una generación que en la Escuela Nacional de Maestros, y en la Universidad Nacional Autónoma de México, debatíase la filiación hispana o indígena de maestros y alumnos.

Naturalmente que el indigenismo era mayoría, y después de cientos de años de mestizaje, en los cafés, charlas, mítines y conferencias, practicábamos incoherentemente la Xenofobia, toda vez que nuestros maestros, no profesores, ni enseñantes, pertenecían a las diversas nacionalidades del Estado Español, eran vascos, o catalanes, o galegos, o ástures, y quizás uno que otro proveniente de Al-Andaluz.

8.- Ciertamente en diversas etapas de la historia de nuestro país observamos dicha “recurrencia”: hubo épocas, por ejemplo, en que la hispanofilia tuvieron muchos adeptos.  Como todo mundo sabe, poco después del triunfo de la Revolución de Independencia hubo manifestaciones muy notables del segundo fenómeno, cuestión explicable en cierta manera debido al odio y los rencores que trajo consigo el dominio de la corona española.  Empero, al cambiar las circunstancias -con el paso de los años- tal actitud se trastocó en grotesca, debido a que ya no existían razones de fondo que la justificasen.

9.- Curiosamente la hispanofobia se transformó en hispanofilia, sobre todo en entidades como Puebla en los umbrales del siglo pasado, a un grado tal que no pocos de nuestros paisanos la denominaban “gachupinlandia”.

10.- Algo semejante sucedió con la manera como nos relacionamos con el pueblo norteamericano.  Hubo un tiempo en que -también por razones históricas (las invasiones de mediados del siglo XIX)- estuvo muy acendrada la tendencia a vilipendiar todo lo relacionado con dicha nación, empero, con el paso del tiempo, curiosamente dicha tendencia e invirtió totalmente: en menos de un siglo no pocos sectores de nuestra sociedad pasaron a convertirse en admiradores exagerados de dicho pueblo: pasamos -perdón por los vocablos- de la “americanofobia” a la “americanofilia”.

11.- En este lugar no pretendemos, desde luego, profundizar en el tema: esto exige una investigación más exhaustiva y profunda, y un espacio mucho más amplio.

12.- Aquí solo perseguimos el propósito de advertir sobre los riesgos que implica una y otra tendencia.  En nuestra época hay señales inequívocas que nos muestran que en el mundo moderno, lejos de desaparecer tales fenómenos, por el contrario tienden a acentuarse.  En EEUU, por ejemplo, a raíz de la tragedia del 11 de septiembre, cada vez observamos manifestaciones de Xenofobia que hasta hace unos años eran impensables (sobre todo hacia los ciudadanos de origen iraní, irakí, turco, y en general de origen árabe).  En Francia, el fenómeno derechista que se encuentra tras Le Penn se caracteriza por su racismo a ultranza.  Algo similar sucede en Alemania, donde cada vez más tiende a fortalecerse el neonazismo.

13.- En su libro mas reciente, A paso de Cangrejo, Umberto Eco señala que este tercer milenio se ha  caracterizado por sus retrocesos. Es el caso, por ejemplo, del retorno de los fundamentalismos (cristianos y musulmán), del antisemitismo, y de otras expresiones de intolerancia que parecían cosa del pasado.  Escribe al respecto: “Este comienzo del tercer milenio ha sido pródigo en pasos de cangrejo. Solo voy a poner algunos ejemplos: después de los cincuenta años de guerra fría, los casos de Afganistán y de Irák nos retrotraen triunfalmente a la guerra real o guerra caliente, resucitando incluso los memorables atraques de los “astutos afganos” del siglo XIX en el Kyber Pass, y nos ofrece un nuevo episodio de las cruzadas con el choque entre el Islam y la cristiandad, incluidos los asesinos suicidas del Viejo de la Montaña, regresando a las gestas de Lepanto (y algunos afortunados libelos de los últimos años podrían resumirse con el grito de “¡socorro, los turcos!”)…. Ha regresado triunfante el antisemitismo con sus Protocolos, y tenemos a los fascistas en el gobierno (se refiere Eco a lo sucedido en Austria. H:S)…. Parece como si la historia, cansada de dar saltos considerables de la tradición” (Vid. Umberto Eco, A paso de cangrejo, Editorial Debate, México 2007, págs. 13, 14).

14.- En México, al parecer, la Xenofobia _y su hermana gemela, la Xenofilia- en apariencia han sido erradicados del entorno nacional, empero ello no nos debe conducir a bajar la guardia, sobre todo si tomamos en consideración la época en que vivimos, signada, como dice Umberto Eco, por “Pasos de Cangrejo”.

cesarmusalem@puebla.com

sotelohun@hotmail.com

 

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