19-04-2024 02:53:02 AM

Norma Sánchez Valencia, calumniadora

Responsable del trabajo antorchista en la mixteca poblana

En su columna “Justo Medio”, María Norma Sánchez Valencia ha tomado a su cargo la vergonzosa e indigna tarea de injuriar, calumniar y amenazar -con la represión oficial- a los antorchistas, por el grave “delito” de protestar ante las secretarías de Desarrollo Social y Desarrollo Rural; ya que al frente de ellas se encuentran dos personajes que –según ella- “más resultados han dado al gobierno marinista, desde que inició y hasta la fecha”. “Atacar a López Zavala y Jiménez Merino me parece un oprobio y ganas de jeringar” (dice).

Me conmueve hasta las lágrimas tanta enjundia, bizarría y denuedo de parte de la columnista para defender a tan “eficientes funcionarios”, lo que la hace merecedora al Águila Azteca por los servicios prestados al gobierno. Ahora bien, la calumnista puede, si así conviene a sus intereses, defender a cuanto funcionario se le ocurra y colgarle tantos méritos como su imaginación y dinero recibido le indiquen, pero lo que no debe hacer es calumniar, ofender e injuriar -por consigna- a una organización que, haciendo uso de su derecho constitucional, está luchando para lograr que las acciones de gobierno lleguen a comunidades marginadas y, por tanto, a los más pobres del estado, y se conviertan, realmente, en un factor de desarrollo y bienestar para ellos y sus familias.

No lo hacemos por algún interés bastardo. Antorcha Campesina no tiene dueño ni lleva en la frente el fierro de ningún amo. El origen de nuestra protesta (como lo saben los funcionarios del gobierno estatal) son las demandas irresueltas, que llevan tres años en promedio sin respuesta; por lo tanto, no pueden ser tildadas de inventos y nuestra manifestación no puede ser calificada de ataque político cilindreado por y en contra de alguien. Es, pues, un absurdo pedirnos -como lo hace la ex legisladora- que dejemos nuestra lucha y nos pongamos, como ella lo hace, a quemar incienso y mirra a estos secretarios por “el apoyo brindado cuando nos ha dado el agua hasta el cuello por actuar fuera de ley”.

¿Dónde, en qué fecha, en cuál Agencia del Ministerio Público está arraigada la averiguación previa o cuál es número de la consignación al Juzgado de lo Penal que pruebe que hemos actuado fuera de la ley? Nada de eso dice Norma Sánchez, saltándose a la torera su obligación de probar su dicho. Es, por tanto, una aseveración fundada en una calumnia, en una mentira del tamaño del mundo y éstas son las razones esenciales que nos liberan de cualquier compromiso político o moral como el que nos quiere imponer María Norma. Antorcha nunca ha actuado fuera de la ley. Pero, aceptando sin conceder, y suponiendo que hubiésemos recibido tal apoyo, lo único que quedaría claro es que el gobierno y sus funcionarios cojean del mismo pie, pues sólo la comunidad de intereses explicaría tan inusual ayuda. Pregunto: ¿así la dejamos María?

Contradiciéndose flagrantemente, la calumnista primero afirma que hemos desarrollado y llevado grandes beneficios a las comunidades antorchistas, para enseguida afirmar que todo nos lo llevamos a Tecomatlán. Por fin, en qué quedamos, ¿lo hemos repartido todo o todo nos los llevamos a Tecomatlán? Vea usted las contradicciones a que conduce atacar por consigna. Antorcha Campesina nunca, en ningún lugar, ha cometido abusos; nunca ha cometido fraudes y, mucho menos, ha cometido algún asesinato. Quienes afirman eso, lo hacen -como todos los de su estirpe- sin aportar prueba alguna, sino por encargo, con el claro y único propósito de calumniar y desautorizarnos como los únicos y auténticos defensores de lo campesinos pobres de México. ¿Cree usted que seguirían miles de campesinos y colonos pobres a una organización de defraudadores y asesinos? ¡Claro que no!  Nuestra membresía aumenta día con día, porque los campesinos y colonos pobres ven en Antorcha a una organización honrada, limpia, leal y auténtica defensora de sus intereses.

Por eso, Norma Sánchez Valencia, sus calumnias no pegarán. Somos una organización humanista, que anhela una mejor vida para todos los pobres de México; y para lograrlo luchamos siempre dentro del marco legal, con todo y contra todo lo que trate de evitarnos hacer realidad nuestro propósito de lograr el mayor bien para el mayor número. Esto es lo que explica que hayamos logrado transformar a muchos pueblos. La lucha para conseguir aguas potables, hospitales, drenajes, vivienda, escuelas, carreteras, luz eléctrica y pavimentación de calles, sólo lo hace una organización humanista y con altura de miras. Esto no es obra de dirigentes abusivos, defraudadores y asesinos.

Por tanto, el progreso logrado, que reconoce la propia ex diputada local, prueba que somos lo que nosotros decimos y, por tanto, a ella la exhibe como una injuriadora profesional y calumnista de a tanto por línea. Además, todos los recursos aplicados en las obras están debidamente comprobados ante las dependencias correspondientes y éstas no sólo han constatado que las obras están terminadas sino que se han superado con mucho las metas a alcanzar. Es, por tanto, una vileza decir que los antorchistas medramos con las necesidades de la gente y es una soberana tontería concluir que los campesinos inconformes con el gobierno están contentos por las memelas y el champurrado que se les da (se acepta que la calumnista les lleve algo mejor para demostrar con hechos que le preocupa la alimentación de los campesinos pobres).

La alegría de los campesinos tiene una explicación más elevada y más profunda (no todo lo analizan a partir de la satisfacción de su estómago como lo hace María Norma). Su alegría se explica porque están concientes que la lucha en busca de una vida mejor, aunque implica sacrificios, incomodidades y sufrimientos es, al mismo tiempo, la única vía para aprender a usar su fuerza, que los llevará a progresar y a dejar de ser víctimas de la manipulación y el engaño de funcionarios y “políticos” como María Norma.

Quiero dejar perfectamente claro que nuestros padres, esposas, hijos, hermanos y amigos, luchan por convicción, no por los lazos sanguíneos que nos unen y, eso, lejos de significar un “parricidio” (se nota que es asidua a las novelas de amor), es motivo de orgullo, pues demuestra que nuestros familiares van en primera fila para lograr su superación y no se cobijan en la lucha de otros o tras las méritos familiares para obtener beneficios personales; quiere decir que hemos sido capaces de convencer de lo justo de nuestra lucha a nuestra propia familia ¿Cuántos de los que se autonombran luchadores sociales pueden decir lo mismo? Sobran los dedos de la mano para contarlos.

Dice María Norma Sánchez que somos changuitos de circo: se equivoca. Somos auténticos y verdaderos luchadores sociales. Le guste o no. Aquí la única changuita de circo es ella, pues lo que ha hecho en todo su artículo es repetir, sin ideas nuevas, lo que ya muchos de su estirpe han  hecho, manipulados por el mismo amo. Por último, nosotros no nos manifestamos en las delegaciones federales ni en el Distrito Federal porque -como bien dice usted- sabemos dónde y cuándo hacerlo. Y si al Gobierno del Estado de Puebla no le han bajado los recursos que le corresponden, el que debe protestar y exigir que se los entreguen es el mismo gobierno, que bien acompañado por usted indudablemente que obtendría éxito seguro. Si no lo hace es o por cálculo político o porque no quiere con su acción demostrar al pueblo que la manifestación es la única y más eficaz arma para doblegar a gobiernos prepotentes y, con ello, dar la razón a la protesta pública de Antorcha Campesina, dejando colgada de la brocha a nuestra distinguida calumnista.

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