24-11-2024 05:53:47 PM

SIDA y derecho a la salud

Hace 25 años empezaron a manejarse en los medios de comunicación internacional y nacional, la presencia de diversos fenómenos que presagiaban graves problemas para la humanidad, pues recuerdo que se mencionaba con insistencia sobre situaciones derivadas de la contaminación, de alimentos que producían obesidad y de comportamientos en las personas que afectaban profundamente su salud como lo son el uso de drogas, la adicción al tabaco y al alcohol o las relaciones sexuales desenfrenadas.

Para México como Nación ha sido un gran reto el afrontar problemas de salud, pues recordemos que la falta de atención de este rubro fue sin duda uno más de los que invitó al pueblo mexicano a participar en la Revolución. Es indudable que mucho se ha logrado pues a través de la Secretaría de Salud y de instituciones como el Seguro Social y el ISSSTE, entre otros, han logrado reducir problemas vinculados a mortalidad infantil derivados entre otros de enfermedades como la poliomielitis, la viruela y el sarampión, modificando profundamente las políticas públicas de atención a la salud al pasar de ser un país de alta mortandad infantil a uno con problemas de salud en los adultos cuyas enfermedades crónicas van desde la obesidad, la hipertensión, el cáncer y la diabetes.

Lo anterior no es algo sin importancia, porque el éxito del sistema de salud mexicano se ha convertido al mismo tiempo en la causa de su crisis actual, dado que al tener mayor esperanza de vida los niños, paradójicamente estamos creando un problema a la sociedad y al Estado mexicano al tener que atender a los adultos con enfermedades crónicas derivadas de malos hábitos alimenticios y de adicciones a sustancias que afectan la salud, sobre todo ahora que después de casi cien años del inicio de la Revolución Mexicana, la esperanza de vida que en ese entonces era apenas cercana a los cuarenta años, hoy las mujeres están en 78 años y los hombres en 75, por lo que el costo para aliviar o curar a los enfermos crónicos es alto, por el valor elevado de los medicamentos y porque son muchos años que las personas, a pesar de enfermas, pueden sobrevivir.

Se está desarrollando en México la Conferencia Internacional sobre el SIDA y  tenemos la obligación como ciudadanos de enterarnos de este grave jinete del Apocalipsis que nos aqueja, en virtud de que cada día son más los infectados y los afectados por este Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, enfermedad que no tiene cura y que solo puede ser controlada con la prevención y con medicamentos de los más caros en el mercado farmacéutico, en consecuencia tenemos la obligación de informarnos de cuales son las actividades que pueden poner en riesgo a cualquier ser humano de ser contagiado por este grave mal.

Desde luego que la salud de las personas es responsabilidad de ellas mismas pero la sociedad y los gobiernos tienen también deberes fundamentales en términos de nuestro artículo 4° constitucional, porque es un derecho humano de los más importantes, el que todos podamos disfrutar de la vida con la mayor plenitud posible y sin duda una enfermedad tan grave no sólo afecta y limita la vida del enfermo sino que daña también su entorno familiar, laboral, social y político.

No olvidemos que nuestro artículo 1° constitucional nos garantiza el derecho de igualdad el cual perdemos con la enfermedad, sea esta adquirida por mal comportamiento del paciente o por un accidente que produzca el contagio, pues lo más grave es que los enfermos son discriminados y excluidos lo que afecta su dignidad y degrada a la civilización al recordar que por miles de años hemos despreciado a los enfermos, sobre todo a los que sabemos no tienen cura y que además es evidente su enfermedad. No atentemos contra los derechos, evitemos marginar a las personas que tienen el VIH como en siglos pasados se trataba a los leprosos, porque recordemos que la salud se puede perder en cualquier momento.

 

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