¿El presidente Calderón como elemento de rentabilidad política para el PAN de cara a las elecciones de 2009?
Tiene que ser una broma.
No parece ya que, a sangre y fuego, los blanquiazules han mantenido la estrategia de “explotar” en todo lo que pueden la imagen del presidente para obtener un potencial beneficio electoral.
Y es que, temas como la inseguridad y el alza generalizada de precios se han convertido en auténticos lastres para la imagen de Calderón, a quien cada vez más sectores sociales culpan de la situación que atraviesa el país.
El anuncio de un esquema de precios congelados para enfrentar la emergencia alimentaria no ha repercutido en un alto a la espiral inflacionaria que se siente en el precio final de productos de alto impacto social por su consumo generalizado.
A nuestros brillantes tecnócratas se les olvidó incluir en los 150 productos considerados en este programa algunos de los más vendidos como el maíz, el frijol, el jitomate y la tortilla.
Por si fuera poco, el impacto social de la decisión de frenar el aumento de precios importando algunos de estos productos no abona a la imagen de Calderón en sectores populares como el campesino.
En este contexto, no es gratuito el hecho de que empresarios, sindicatos y asociaciones de trabajadores agrícolas hayan emitido críticas durísimas en contra de la eliminación de aranceles a la importación de productos básicos como el trigo o el maíz y a los magros apoyos que, a medida de compensación se entregarán vía subsidios a quienes “viven” del campo.
Y se pondrá peor.
La inseguridad que se vive y se respira en prácticamente todo el país le pega directamente a la figura presidencial.
Por más campañas mediáticas que se pongan en marcha y por más que se intente repartir la responsabilidad entre niveles de gobierno.
Cada ejecución, cada levantamiento o asesinato de policías, cada balacera o enfrentamiento de grupos de narcotraficantes por el control de territorios será utilizado como arma política en la lucha por el control del próximo congreso federal.
Esto sin contar el desgaste natural de gobernar.
A Calderón se le acaba poco a poco el blindaje de credibilidad y confianza que un buen grupo de mexicanos, no la mayoría, le otorgó aquel ambiguo 2 de julio de 2006.
Basta recordar que, buena parte de ellos no votó a favor de su propuesta política sino en contra de una que consideraban como “un peligro para México”.
Para ellos, el hoy presidente jamás fue la mejor opción sino la única que podía detener la llegada de López Obrador al país, por lo que utilizarlo como elemento fundamental de marketing político podría no ser lo más adecuado.
LOS NÚMEROS DE CALDERÓN
Y para muestra un botón.
El Universal publicó ayer una encuesta sobre el desempeño presidencial en donde queda de manifiesto el evidente desgaste que ya enfrenta Calderón a menos de dos años en el poder.
Ahí se muestra, entre otras cosas, que más de un tercio de la población cree que el actual gobierno debe de cambiar el rumbo para mejorar la situación de la economía nacional.
44% considera que la economía del país se ha deteriorado en los últimos doce meses.
43% lo personaliza y cree que el presidente ha descuidado las necesidades económicas de las familias mexicanas.
51% culpa al gobierno y los políticos de la situación difícil que se ha vivido en el primer semestre de 2008 y el 27% cree que Felipe Calderón es el responsable directo de que la economía del país haya empeorado.
Por si fuera poco, los más recientes estudios de opinión sobre el desempeño presidencial coinciden en mostrar tendencias claras a la baja en materia de aprobación de la gestión calderonista.
En julio, la calificación es ya de 6.7 y seguirá bajando.
Contundente ¿no?
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