Pero lejos de sólo satanizar a los operadores de el ‘Classico’, hay que ver la otra cara de la moneda: ¿Porqué se ha mencionado, pero nadie insiste en la ilusa e increíble declaración que ofreció Jorge Zavala? ¿Porqué no aceptar que hay ocasiones en que los jóvenes usan su posición económica o privilegiada –por algún familiar o amigo en el poder- y faltan al respeto y a las reglas del lugar?.