28-03-2024 12:39:45 PM

¿Faltan operadores o sobra prepotencia?

Responsable del trabajo antorchista en la mixteca poblana

                                                                            
En el gobierno de Mario Marín ¿faltan operadores o sobra prepotencia? Esta pregunta me asalta porque a últimas fechas se ha dado una serie de  acontecimientos que lo dejan a uno asombrado, tanto por la gravedad como por lo previsible. Es cierto que en el ejercicio de una responsabilidad pública no existe la perfección, pero también es cierto que errores tan garrafales no los cometen o no los deben cometer quienes tienen esa responsabilidad, salvo que haya incapacidad innata, falta de operadores políticos o soberbia  enceguecedora que evite ver los problemas y sus consecuencias.                                     

Todo esto viene a cuento porque los medios de comunicación del estado han revelado hechos que son realmente preocupantes, que ponen en riesgo la estabilidad y el progreso del estado. El día 9 de julio, la prensa poblana informó puntualmente del desalojo a garrotazo limpio, por parte de la policía, de un grupo de ciudadanos que tenían tomado el edificio de la Junta Auxiliar de Tepetzingo, municipio de Tehuacán -en protesta porque el anterior edil, según lo dicho por los inconforme, malversó $ 600 000.00, sin que las instancias correspondientes hayan hecho absolutamente nada para aclarar lo falso o lo cierto de dicha acusación, por el contrario, optaron por el uso de la fuerza pública para dirimir un conflicto político-. Es decir, se prefiere el papel de represor al de gobernante justo y bueno con su pueblo.

Después de todo el escándalo que se ha armado en torno de lo legal o ilegal de la candidatura, de los apoyos recibidos y de los gastos de campaña de Rubén Gil Campos y de su aprehensión, según se dice, por tráfico de enervantes en New York y donde, por cierto, al Gobierno del Estado, al PRI y al diputado federal por Izúcar de Matamoros les ha ido como en feria, digo, después de todo esto, pareciera lo más sensato evitar cualquiera suceso que volviera a poner como noticia de primera plana el caso Gil Campos, mediante la atención especial, pronta y oportuna del caso Matamoros. Pues no es así. Hoy, un grupo de regidores, que primero apoyó la elección como presidente interino de Arturo Herrera Velásquez, exige mediante un “cabildazo” su destitución, provocando con ello que vuelva a ocupar las primeras planas de los diarios, otra vez, el caso Gil Campos, con los consiguientes ataques y desprestigio para el gobierno de Mario Marín Torres. ¿Era o no previsible la rebelión?  ¿Era o no factible resolverla mediante el diálogo y los acuerdos políticos? Claro que sí ¿No se hizo por soberbia o por carencia total de olfato político? Si esto fuera así, el sr. gobernador debe cambiar a sus operadores si no quiere que le sigan cavando su tumba política.

Los presidentes municipales de Guadalupe Santana, Tehuitzingo y San Jerónimo Xayacatlán, maltratan a los ciudadanos; ostentan como divisa política el no tratar con organizaciones y la negativa a resolver las demandas del pueblo organizado. El presidente de Guadalupe Santana usa a la policía para golpear a los ciudadanos, sean ancianos o jóvenes, y amenaza con matar a todos aquellos que se atrevan a protestar en contra de su política represiva.

Gobernación del estado tiene conocimiento de todos estos hechos y, en una actitud irresponsable, no sólo no mete en cintura a estos aprendices de fascistas, sino que prohíja y solivianta la actitud de estos presidentes, escudándose en un falso respeto a la soberanía municipal. ¿Tendrán que darse necesariamente marchas y plantones, y tendrán que darse hechos sangrientos para que el Gobierno del Estado, por fin, se decida a intervenir?  Creo que sería la peor decisión y confirmaría que los operadores políticos son soberbios o miopes políticos. Cualquiera que sea la razón, deben renunciar, porque su incompetencia no ayuda al gobierno ni al pueblo.                                    

Por último, la cereza del pastel. Con el propósito de promocionar las acciones, avances y actos de gobierno, el gobernador acudió, haciendo uso de su derecho constitucional al libre tránsito y de su papel de representante de los intereses del estado, al acto promocional que se celebró el día 9 del presente mes en la Casa Lamm, de la ciudad de México. Treinta individuos, que dicen defender lo que con sus actos atacan, irrumpieron en dicho evento y obligaron al mandatario a salir presurosa y vergonzosamente. Quienes aconsejaron al gobernador dicho acto, no previeron, como era lo más elemental, que iban a meterse a la boca del lobo, a terreno minado y, por tanto, el peligro de un ataque como el que sufrió era seguro. La miopía política o la soberbia les evitó  prever la situación y tomar medidas precautorias y necesarias para evadir este acto bochornoso. Resultado: nuestro gobernante quedó exhibido ante la opinión pública nacional (que era lo que buscaban sus detractores), gracias a la ineficiencia de sus consejeros políticos.      
   

Creo yo que es necesaria una limpia. Salvo que el poder nos haya enceguecido hasta para ver lo que nos conviene.

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