Con el pie izquierdo se estrenó la nueva composición accionaria del Puebla de la Franja.
El inicio no pudo ser peor.
Desde que Ricardo Henaine y Jesús López Chargoy (¿?) llegaron al equipo, se ha desatado una guerra interna de egos por ver quién ejerce un verdadero control en la toma de decisiones, buscando únicamente el interés personal, sacrificando lo que realmente le conviene al equipo.
La lógica con la que la nueva directiva conformó su plantel para este torneo y su participación en el más reciente Draft del fútbol nacional, es un claro ejemplo de esto.
Y es que, lejos de que se impusieran los criterios deportivos, la posibilidad de quedarse con el negocio de las transferencias a través de las triangulaciones con los promotores consentidos de cada uno, ocasionó una guerra encarnizada entre directivos, que tuvo como consecuencia la conformación de un equipo francamente mediocre, con el que se tendrá que luchar por la permanencia.
Y es que, millones de pesos producto de las transferencias estaban en juego.
Dos bloques muy claros se han conformado en la directiva camotera: el de Henaine y López Chargoy, teniendo como “asesor” externo a Emilio Maurer y como promotor de cabecera al terrible Guillermo Lara: y el de Francisco Bernat y el técnico José Luis Sánchez Solá, quienes tienen en Carlos Hurtado, no sólo a su promotor preferido, sino a su principal estratega.
El problema es que, tanto Lara como Hurtado son personajes influyentes, pero terriblemente cuestionados.
Guillermo Lara, compañero de andanzas de Maurer en la FEMEXFUT, y a quien se le acusó de orquestar un millonario fraude a la federación en 1993.
Pero eso no es todo.
En el 2004, a Lara se le ubicaba como socio de Paúl Solórzano, presunto “lavador” de dinero del narcotráfico a través de empresas relacionadas con equipos de la primera división A..
Una de ellas, Fut Soccer, propiedad de Guillermo Lara.
La investigación inició a raíz de la detención del futbolista colombiano Carlos Álvarez Maya, quien el 11 de julio de 2003 fue aprehendido en el aeropuerto de la ciudad de México, en poder de más de un millón de dólares, presuntamente provenientes del narcotráfico.
El ex jugador del Necaxa, de acuerdo con las pesquisas realizadas por la PGR, era representado por la Promotora Internacional Fut Soccer, propiedad del promotor Guillermo Lara.
Otro de los investigados en esta trama es Jorge Mario Ríos Laverde, alias El Negro, quien es un conocido narcotraficante colombiano, detenido en octubre pasado, cuando conducía una camioneta propiedad de la promotora de Guillermo Lara.
El dinero que se le aseguró al jugador Álvarez Maya, presuntamente pertenecía a El Negro.
Por cierto, a Lara, ahora flamante asesor del recién descendido Veracruz, habrá que agradecerle que el Puebla haya contratado a Manuel López Mondragón, quien no jugó un solo minuto en el pasado torneo, a Rafael Puente Jr. más conocido como actor juvenil que como futbolista y a Cesáreo Victorino quien desde hace años no da una en el fútbol nacional.
Carlos Hurtado no es mejor.
Este hombre se volvió indispensable en el Puebla de la familia Bernat cuando recién compraron el equipo.
La absoluta falta de conocimiento y experiencia en el negocio del fútbol de los empresarios poblanos fuel el caldo de cultivo para la realización de millonarios negocios con jugadores de pésimo rendimiento.
Así llegaron a La Franja vividores como Luis García y Jorge Campos o Roberto Trotta y Narciso Cerna, que nada aportaron al equipo y entrenadores improvisados como el patético Gustavo Vargas o el poco efectivo Ignacio Ambriz.
El resultado final fue contundente: dos descensos.
De la mano de hurtado llegan ahora Richard Núñez, un auténtico fraude en América, Álvaro Ortiz, otro jugador que no vio acción ni un solo minuto en el torneo anterior, Omar Briceño, Fabiano Pereira, quien al igual que Núñez ha dejado bien claro que no quiere jugar en Puebla y Eder Pacheco.
Como puede ver, nada del otro mundo.
EL PRIMER RIDÍCULO
Lo hizo Ricardo Henaine en una de las primeras reuniones de la directiva.
Apoyado por sus hocicos y plumas incondicionales cacareó a los cuatro vientos que había hecho el negocio de su vida al comprar- gracias a los consejos de Maurer y a la asesoría de Guillermo Lara- en dos y medio millones de dólares a los jugadores Luis Gabriel Rey y Rafael Márquez Lugo.
Bernat y Chelís le explicaron entonces al inexperto directivo que esos dos mismos jugadores se los habían ofrecido, a préstamo, en el torneo anterior por menos de 500 mil dólares los dos.
La transacción se canceló de inmediato y la salida digna la dio el técnico poblano al ser obligado a declarar que estos fichajes “no entraban en sus planes”.
Como la ve.
¿Será este un presagio de lo que le espera a La Franja con este brillante directivo?
¿Le espera al equipo un futuro parecido al de los Pericos en el Béisbol?
¿O al del Aeropuerto de Puebla?
¿O al de Valle Fantástico?
Sálvese quien pueda.
latempestad@statuspuebla.com.mx