Ayer, en una comida que se llevó a cabo con absoluto sigilo, se le extendió ya el certificado de nacimiento al grupo TUCOT (Todos Unidos Contra Othón).
Los diputados asistentes han sido, sin duda, quienes en público y en privado no sólo han cuestionado la capacidad de Bailleres Carriles de llevar por lo menos con un mediano decoro las riendas del Poder Legislativo poblano, sino que han hecho todo lo posible por fomentar la creación de una rebelión de la mayoría priista en contra de su líder, argumentando su obvia falta de capacidad.
Las cabezas visibles del TUCOT son obviamente Rocío García Olmedo, Pablo Fernández del Campo, Luis Alberto Arriaga y el patético Jorge Ruiz Romero.
Estos cuatro personajes pretenden definir las reglas de la revisión de las cuentas públicas de los ayuntamientos y generar las condiciones ideales para negociarlas en función de sus intereses particulares.
Lo curioso del caso es que, coincidentemente, los intereses de este grupo combinan perfectamente con los de Mario Montero, Secretario de Gobernación estatal, quien busca, a como de lugar, hacerse del control de la agenda legislativa en función de su proyecto político personal.
¿Cómo la ve?
El problema es que del otro lado están igual, o hasta peor.
Othón Bailleres, Humberto Aguilar Viveros, Enrique Marín y algunos otros diputados de la mayoría tricolor son controlados y dominados por el actual Secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala al igual que los primeros, negocian, cabildean y legislan pensando que su “patrón” será ungido por el dedo mayor como el próximo candidato del PRI al gobierno del estado.
Ese parece ser su único objetivo.
Por cierto, Bailleres y compañía también organizaron una comida el día de ayer para definir la estrategia que llevarán a cabo para contrarrestar los ataques del TUCOT y no perder el control de los puestos estratégicos en la toma de decisiones al interior del congreso del estado.
¿Y los ciudadanos?
¿Y aquel discurso mentiroso de legislar para el beneficio de la mayoría?
Pues de plano no se ve.
Lo peor de todo es que el panorama se irá turnando cada vez más negro a medida que se acerque el momento de definir al “sucesor”.
Y entonces las fracturas se ahondarán y el enfrentamiento podría ser de antología.
Vamos, en términos porcinos veríamos a cochinos contra marranos.
¿A quién le va?
OTRO TEATRO MÁS
La sesión de hoy del Instituto Estatal Electoral se convertirá en un capítulo más de una larga y aburrida puesta en escena que desde hace meses llevan a cabo los consejeros Fidencio Aguilar Víquez y Olga Lazcano Ponce.
Han sido los mismos consejeros quienes se han encargado de publicitarlo.
Aprovechando los reflectores del evento de inauguración del Congreso Nacional de Tribunales y Salas Electorales de la República Mexicana, que se llevó a cabo el pasado 19 de junio en el Salón Barroco del edificio Carolino, el llamado dúo dinámico de los paladines defensores de la democracia mediática no escatimaron esfuerzos en invitar a todos los presentes -académicos y medios de comunicación principalmente- a que estuvieran presentes en la sesión de mañana.
-“Vas a ver, se va a poner bueno, la vamos a reventar”- prometían.
Y seguramente así será.
Una vez que se den a conocer los acuerdos del Consejo General sobre las prerrogativas que recibirán los partidos políticos el próximo año y cuando se proceda a desahogar los asuntos generales, entonces será el momento en el que nuestros “primeros actores” entrarán en escena.
¿El tema?
Es lo de menos, como ha sido hasta el momento.
Las “denuncias” de irregularidades en el manejo de recursos del organismo se han quedado sólo en lo mediático.
Nada ha pasado hasta ahora.
Vamos, ni siquiera les han dado seguimiento.
Lo que parecen no entender nuestros “héroes de esta película papá”, es que están siendo utilizados, cual auténticas marionetas por quien realmente mueve los hilos de la rebelión.
¿Quién mas sino el terrible José Antonio Bretón Betanzos?
El director del IEE está siguiendo al pie de la letra una estrategia de generación artificial de problemas para venderse como el único capaz de resolverlos y así asegurar la ratificación en su puesto dentro de dos años.
De esta manera, Bretón Betanzos garantizaría seis años más, además de los casi 11 que ya lleva enquistado en los organismos electorales poblanos, es decir, mamando de la ubre del erario.
Y para eso, necesita a sus infaltables y siempre dispuestos tontos útiles.
Por cierto ¿ya habrán leído el Artículo 8 de´la ley electoral local?
¿Y el 90?
¿Y el 174?
latempestad@statuspuebla.com.mx