Todo apunta, las evidencias así lo indican, que el gobierno de Felipe Calderón pactó con la organización denominada Yunque.
Y a partir de tal premisa se explica el retraso de los anunciados cambios en delegaciones federales y en el fondo respetar posiciones existentes en dependencias como Desarrollo Social.
Está claro que Calderón, al igual que Vicente Fox, pactó una tregua de no agresión con El Yunque, lo que explicaría que contra viento y marea mantienen posiciones en el CEN del PAN y en el gobierno federal.
La señal de la ruptura se hubiera observado en la Sedesol con la llegada de un perfil ajeno a Ana Teresa Aranda, cercana a la esposa del presidente Calderón, pero se optó por evitar desequilibrios políticos.
Para nadie en la Organización es un secreto que Rafael Moreno Valle Rosas pujó por Eukid Castañón, ex jefe de asesores de Gobernación y subsecretario de Sedecap en el sexenio de Melquiades Morales Flores.
Los espías yunquistas que fue propuesta morenovallista ante la coordinadora nacional de Sedesol, Miriam Arabián, a través de personajes cercanos como Antonio López Espinoza.
Se les vio en las oficinas de Eukid en su oficina de la avenida Juárez y la 29 sur, desde donde asesora a municipios panistas.
Otro más. El senador Humberto Aguilar Coronado impulsó a famoso “Chango” Carmona, cuñado del diputado federal panista José Antonio Díaz García.
Sin embargo, la doña con inmejorables relaciones con Miriam Arabián logró que la posición fuera para Sergio Corona Villava.
Desde que arrancó el 2008 se escucharon en los antiyunquistas, ligados al calderonismo, que resultaban inminentes los relevos en las delegaciones.
En la mira se ubicarían todos. La lista la encabezarían Felipe Mojarro de Infonavit; y Miguel Ángel Mantilla en Economía.
Los únicos que se salvarían serían Carlos Ortíz Rosas en el Trabajo; y Daniel Ortíz Caso, en Comunicaciones y Transportes.
Ahora este proceso se congeló a partir de lo que ya resulta más que evidente: El pacto de Calderón con El Yunque.
Hay quien considera que se trata simplemente de un desesperante proceso burocrático, mientras que otros opinan que es indecisión o falta de tamaños para romper con El Yunque, cuyos principales pupilos controlan hoy las delegaciones federales.
Esta situación representa una buena noticia para el PRI.
Seguirán las guerritas entre El Yunque y el calderonismo.
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