Ozzy Osbourne del grupo Black Sabbath y Keith Richards de los Rolling Stones: dos leyendas del rock & roll adictos a toda droga que se haya inventado, rodeados de mitos y verdades que se han descrito por su contacto con ellas. El primero, mordió la cabeza de un murciélago vivo y del segundo se rumoraba que había sido necesario un imposible cambio de toda su sangre.