28-03-2024 01:01:40 PM

El oscuro ?maestro? de Chelís

Se llama Carlos Hurtado.

Se le considera uno de los hombres más influyentes del fútbol mexicano y recientemente el técnico del Puebla, José Luis Sánchez Solá se refirió a el como “mi maestro, quien más me ha enseñado de este deporte”.

Pues vaya maestro.

Y es que Hurtado ha sido el protagonista una relación de claroscuros con el equipo de La Franja por más de una década.

Ha habido de todo: buenas y malas, duras y maduras, sin embargo, al analizar cada una de las coyunturas que han ligado a Hurtado con el equipo local, siempre queda al final el apestoso tufo de la transa, de los acuerdos por debajo del agua y de los millonarios negocios particulares confeccionados a la medida a costa de la competitividad deportiva y de la siempre fiel afición

Al leer un muy interesante reportaje que la revista Proceso publica esta semana sobre este pintoresco personaje, es inevitable recordar historias, nombres y algunas situaciones que bien valdría mejor olvidar.

No se puede.

Hurtado, un hombre que se ganaba la vida vendiendo camisetas deportivas a las afueras de los estadios, es ahora un millonario mexicano que se roza con lo más selecto del Jet-Set de Miami.

Todo se lo debe al balompié.

A Puebla llegó por recomendación de Manuel Lapuente, de con quien se afirma concretó una muy provechosa sociedad que consistía en armar equipos a modo, en función de las “necesidades” del técnico, necesidades que coincidentemente eran satisfechas únicamente con los jugadores que hurtado manejaba como promotor.

Curiosamente, en el reportaje de Proceso, el propio Lapuente reniega de Hurtado, a pesar de que su relación de negocios es conocida de sobra en el ambiente del fútbol nacional: “Yo no me llevé mucho con Carlos. Eso lo inventaron. Nunca he manejado un promotor. ¡Nunca! Pocas verdades se escuchan últimamente”.

“Y agrega entre contrariado y sorprendido: “Debería platicar mejor con los presidentes de clubes que lo han tratado, porque normalmente él se entiende con ellos. No tengo contacto con Hurtado desde hace años. Lo conocí en los tiempos en que yo era jugador, y eso porque él era amigo de mi hermano Javier. Incluso recuerdo que jugábamos fútbol en una canchita””.

Otro poblano, Emilio Maurer, también declaró a proceso sobre Hurtado: ““Es mi amigo y una persona muy inteligente. Él tuvo que ver mucho con aquel Puebla que quedó campeón la primera vez. Me ayudó a armar el equipo. Los jugadores que me llevó fueron decisivos para el título”.

“Y, retador, pregunta: ¿Quién dice que Hurtado no sabe de fútbol? Y se responde: “Sólo un despistado puede atreverse a decirlo, porque es un promotor conocedor, con fuertes relaciones en Sudamérica y que sabe demasiado de su negocio”.

Lo cierto es que, en parte, Emilio Maurer tiene razón.

Algunas veces, la estrategia anterior resultaba exitosa no sólo en lo financiero, también en lo deportivo.

Sin embargo, otras muchas, no.

Hurtado se volvió indispensable en el Puebla de la familia Bernat.

La absoluta falta de conocimiento y experiencia en el negocio del fútbol de los empresarios poblanos fuel el caldo de cultivo para la realización de millonarios negocios con jugadores de pésimo rendimiento.

Así llegaron a La Franja vividores como Luis García y Jorge Campos o Roberto Trotta y Narciso Cerna, que nada aportaron al equipo y entrenadores improvisados como el patético Gustavo Vargas o el poco efectivo Ignacio Ambriz.

El resultado final fue contundente: dos descensos.

Miguel Mejía Barón, ex técnico de La Franja y durante años, amigo personal de Hurtado se deslinda en Proceso de la catástrofe poblana: “durante aquella temporada que dirigí al Puebla me enteré que Hurtado asesoraba a Francisco Bernat, el dueño del equipo”.
”Debido a las suspicacias que podría suscitar su amistad con Hurtado, Mejía Barón se ve obligado a precisar: “Lo cierto es que a mí no me insinuó nada en el sentido de negociar con jugadores. Yo encontré en Puebla el plantel ya hecho y nunca tuve una relación de tipo profesional con él””.

Sí, como no.

Proceso lo define como “Inteligente y audaz, gran conversador, con cierta inclinación para citar pasajes de Jesucristo y de diversos personajes de la historia, el promotor Carlos Hurtado entendió desde los inicios de su exitosa profesión que uno de los mecanismos más eficaces para obtener la lealtad de técnicos y jugadores consistía en ayudarles económicamente si se quedaban sin trabajo. Ésta fue una estrategia que le ayudó a extender su amplia red e hizo que muchos se contrataran por su conducto”.

“De sus gestos de solidaridad hay versiones en el sentido de que algunos de los técnicos y jugadores a quienes ahora representa, cuando estaban desempleados les daba oportunidad de que se ganaran unos centavos: unos cortando el pasto del jardín de su casa y otros iban por allí detrás de él cargándole la maleta”.

Vergonzoso ¿no?

Lo cierto es que ahora que se anuncian “espectaculares contrataciones para el próximo torneo” ¿? Hurtado está de regreso.

Diría el filósofo telefónico: “Qué asquerosidad es esto”!!!

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

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