Después de prolongadas y cansadas reuniones, que incluyen algunas discusiones a cargo de uno de los participantes, en breve podría protocolizarse el Fideicomiso del Consejo de Desarrollo Industrial, Comercial y de Servicios (CDICS), que maneja el Impuesto Sobre la Nómina, y en el que se contará con auditoría de la reconocida firma Deloitte.
Aún cuando ya está constituido el Fideicomiso éste no ha quedado protocolizado, pues faltaban por especificar los procedimientos para el manejo de los recursos y definir quiénes estarían al frente.
El objetivo es que los recursos que llegan al CDICS vía la recaudación del 2 por ciento del Impuesto Sobre la Nómina (ISN) tengan un manejo transparente, y a su vez se garantiza la existencia del consejo más allá de decisiones sexenales.
Los integrantes del Fideicomiso serían: Armando Adame Sosa (expresidente de CMIC), Yraclis Psihas (tesorero del CCE), Angel Fernández (Presidente del Consejo Regional de BBVA-Bancomer); además, por supuesto, de Gerardo Pérez Salazar, secretario de Finanzas. Así estarán dedicados exclusivamente a este organismo, para no concentrar decisiones con quienes están en el CDICS.
Se dice que será en las próximas semanas cuando se podría dar la firma protocolaria del documento que avala la existencia del citado fideicomiso, con el gobernador Mario Marín.
Mientras tanto, resulta que en una de las últimas reuniones del Consejo, a decir de algunos participantes, se prolongó porque no falta quien quiere “llevar mano” en todo, casi casi erigirse como el supervisor de todos.
El caso es que si se organiza una convención o se invita a un inversionista a Puebla, o incluso se realiza un viaje de negocios a cualquier estado del país o en el extranjero y que esté relacionado con un proyecto del CDICS; tendría que justificarse hasta el último centavo en primerísimo lugar a un secretario del gabinete marinista, aun cuando no sea él quien organice o proponga dichas actividades,
El argumento era que para todas esas actividades tienen que utilizar servicios como hoteles, aviones, transporte o restaurantes, así que él es quien debe supervisar cada centavo que entre o salga., ya los demás recursos que impliquen la organización de la convención o la atención a los inversionistas es harina de otro costal.
Sí, el secretario de Turismo, Juan José Bretón, demandaba que en primer lugar a él se le rindiera cuentas de cada centavo invertido.
Por más argumentos que esgrimieron durante más de una hora sobre el mismo punto, el funcionario estatal no entendía razones. La mayoría de los asistentes a la reunión del CDICS, coincidieron en que el recurso debe manejarse de manera integral por proyecto y considerar sólo a un organismo o secretaría origen del mismo, y no de forma separada, aun cuando el proyecto implique el apoyo de diversas dependencias.
Además, que si se buscaba una total transparencia lo más correcto es contar con un auditor externo, que precisamente verifique cada centavo que se invierta en los proyectos.
Al final se impuso el argumento de la mayoría (y el cansancio dijeron algunos), y se acordó que además de la revisión técnica de cada proyecto que tiene que realizar el CDICS, se contratará a Deloitte para realizar las auditorías correspondientes.
¿Consulado de EUA?
Algo sabrá la delegada de la Secretaría de Relaciones Exterior, embajadora Alma Patricia Soria Ayuso, que es la más interesada para que en Puebla se instale un consulado de Estados Unidos.
Como idea es atractiva, tener una representación del gobierno estadounidense para la atención de algunos asuntos de negocios, comerciales, o civiles, significaría (para empezar) un importante ahorro de tiempo y dinero al evitar trasladarse a la ciudad de México.
La relación de Puebla con Estados Unidos es fuerte en cuanto a exportaciones más del 80 por ciento del total (similar que el total nacional), hay un sensible número de poblanos migrantes (legales e ilegales), por flujo de divisas ni se diga, y también por los constantes viajes de negocios o de placer que realizan los poblanos.
Además, la inversión de Estados Unidos en Puebla significa el 34 por ciento del total, en más de 200 empresas, según datos a 2006 de la Secretaría de Economía.
Habrá que justificar muy bien la solicitud de un consulado estadounidense; además, falta que el Departamento de Estado también esté interesado en crear esa representación diplomática. El procedimiento puede llevar meses, sin que nada garantice que la respuesta será positiva.
Por lo pronto, la embajadora Soria Ayuso (poblana y egresada de la UDLA) insistió en el tema, sobre todo cuando se enteró que se impartiría en Puebla un Seminario sobre los programas del Servicio Comercial de EUA; al que por cierto los organizadores se les “pasó” invitarla, que en este caso correspondía al gobierno del estado.
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