Presidenta Municipal de Puebla
En los últimos años, tal como está sucediendo con todos los ámbitos sociales y tecnológicos, no se puede explicar a la seguridad pública desde un estrecho ángulo de protección individual, desvinculada de otros procesos y con causales únicos en la inoperatividad de políticas públicas tendientes a realizarla.
Sin embargo, pese a discusiones que para muchos podrían resultar vicentinas, la realidad es que el gobierno, cualquiera que sea su ámbito de acción, debe lograr el establecimiento del orden y la paz públicos para que se ejerzan con éxito las libertades individuales en un marco de legalidad que sustente y de coherencia a la cohesión social.
Si alguna de las razones de ser del estado existe es precisamente en el objetivo de preservar la seguridad individual y del patrimonio, al cual también está supeditada la protección civil, ya que desde el interés individual, ya lo explicó Jonh Locke, es imposible una convivencia donde el hombre no termine siendo el tirano de otro hombre.
De entrada, en los últimos años y acorde con las nuevas concepciones postmodernistas, al término de seguridad, además de pública, se le han sumado los adjetivos de sostenible, protectora y humana. Por hoy no me ocuparé de estas discusiones, pero vale la pena apuntar que se han dado en un interés por analizar y conceptualizar una realidad cada vez más compleja, que nos presenta nuevos retos de interpretación para la gestión pública.
Los usos más frecuentes de un nuevo concepto en materia de seguridad se refieren no sólo al tema de inseguridad frente a hechos delictuosos, sino a dos ideas vinculadas entre sí, por un lado el peligro latente de conflictos en algunos estados, lo que ha derivado en cuestiones como el Fondo para la Paz y, por otro, incorporar a la idea del desarrollo humano el hecho del rescate al medio ambiente, ya que de lo contrario no existirán individuos a los cuales proteger.
A tono con la celebración del Día de la Tierra, apunto someramente que esta iniciativa estudia a la humanidad en su búsqueda de conocimiento y experiencias que permitan proporcionar los bienes y los medios de vida básicos y al mismo tiempo preservar los sistemas de vida propios y la biodiversidad. En este ámbito destaca el artículo de Khagram, Sanjeev, William C. Clark, and Dana Firas Raad: From the Environment and Human Security to Sustainable Security and Development, en el Journal of Human Development.
El concepto más asimilable al de seguridad sostenible es el de seguridad humana. Este es un concepto que ha tenido éxito y que se asocia a la vanguardia del pensamiento sobre el tema de la seguridad.
Detrás de estos conceptos se halla, sin embargo, la insistencia de algunos países, en particular de los gobiernos canadiense y japonés, de forzar un cambio de paradigma que incorpore a la dimensión de la seguridad su vinculación con los derechos humanos y con el desarrollo sostenible, lo cual ciertamente ya es una necesidad ante el inminente deterioro ambiental.
Aun teniendo en cuenta estos conceptos, debo referirme en particular a nuestro municipio, el pasado martes se realizó el quinto foro de la Consulta Ciudadana, en la Escuela Libre de Derecho de Puebla, al que asistieron importantes exponentes sobre los temas de seguridad.
La propuesta que ante académicos, estudiantes y sociedad presentamos, parte de la consideración de dos hechos incuestionables, el primero es que la seguridad es base del desarrollo social y económico de nuestra ciudad, pues su deterioro desalienta la inversión y la generación de empleos y, el segundo, es que al vivir en tranquilidad, con certeza y en armonía social, se liberan las capacidades humanas dando paso a un mayor dinamismo social.
En este foro puse a consideración algunos puntos que deseo compartir con ustedes en este espacio, ya que la seguridad y la protección de los poblanos es parte crucial en la agenda del gobierno municipal, por el momento destacaré las encuestas e indicadores en la materia.
El primer punto importante a considerar es que el Ayuntamiento de Puebla se regirá bajo tres principios de actuación: la protección a la integridad de los poblanos, la preservación del Estado de Derecho y la colaboración con otros gobiernos en la lucha contra los delitos.
Con estos preceptos, nos proponemos alcanzar los siguientes objetivos, que no podremos lograr sin la participación de todos:
Primero, operar una política de seguridad pública integral, que ofrezca la plena garantía de que vivimos en un Estado de Derecho.
Segundo, formar cuerpos profesionales, capaces de mejorar la seguridad y protección en el municipio y recuperar la confianza de los habitantes en sus autoridades.
Tercero, fortalecer los mecanismos para hacer cumplir la ley y consolidar la eficacia de los sistemas de seguridad en todo el territorio municipal.
Cuarto. Construir una infraestructura tecnológica de información y comunicación que mejore el desempeño de los cuerpos de seguridad.
Quinto. Formar una ciudadanía participativa y corresponsable en la mejora de las condiciones del entorno de la seguridad pública y la protección civil, incluyendo el medio ambiente.
Con el fin de que los esfuerzos en materia de seguridad pública prosperen, se requiere de una estrategia integral que contenga la actualización del marco reglamentario; la reorganización de la estructura y cuerpos de seguridad y tránsito municipales; dotar de instrumentos materiales y tecnológicos a los cuerpos de seguridad; desarrollar los recursos humanos, tanto de dirección como de operación, mediante un Servicio Civil de Carrera, premios y recompensas así como capacitación; organizar a la sociedad e incorporarla en torno al ámbito de la seguridad preventiva y la cultura de la denuncia.
Esta estrategia integral requiere una mayor coordinación y articulación de acciones en materia de seguridad entre los distintos niveles de gobierno y los municipios que conforman la zona metropolitana, lo que puede vincularse a través de la nueva policía metropolitana.
Para combatir de manera sistemática y eficaz a la delincuencia, vamos a destinar en este año, entre recursos municipales y federales, casi 500 millones de pesos, en estos programas que formarán parte del Plan de Desarrollo Municipal 2008-2011.
Otro componente fundamental del concepto "Puebla-Ciudad Segura" está en la protección civil, principalmente porque debemos reconocer que nuestra capital está expuesta a distintos tipos de fenómenos naturales: sismos, actividad volcánica, las inundaciones. Pero también vivimos los riesgos inherentes a las actividades productivas: fugas en fábricas, vulnerabilidad de conductos y tuberías, manejo y transporte de sustancias peligrosas.
Por ello es necesario emprender una amplia política de prevención de atención inmediata ante posibles siniestros, con la inclusión de programas de reubicación de asentamientos humanos irregulares en zonas de alto riesgo; mejor equipamiento y tecnología para hacer frente a daños naturales e industriales; capacitación permanente para el personal en materia de desastres y, nuevamente, mediante una educación cívica y participación continua de la sociedad.
