1.- Este es el número 8104 del periódico Cambio, nacido cristianamente hace veintinueve años.
1.1.- En este medio hace veinticinco años (dos décadas y un lustro) bordaba usualmente sobre los problemas del comercio informal, que no ilegítimo, denominado hiriente y despectivamente: ambulantaje. Calificativo por cierto muy mal aplicado ya que estos vendedores no se desplazan permanentemente, sino que obtienen la categoría de semi-fijos.
1.2.- En esos días hacía constancia de lo que todos sabemos y que escasos podemos hacer notar.
2.- Los dedicados a tal auto-empleo lo hacen como medio circunstancial de sobrevivencia, obteniendo con sus magras entradas los recursos indispensables para todos los gastos usuales de una familia.
2.1.- No he encontrado jamás entre ellos en todos los estados de la República a un vendedor informal que goce del sol ardiente, del aire frío invernal que corre por las calles, de la comida mondonguera y muchas veces paupérrima ingerida con sobresaltos ante sus posibles clientes, los rateros, y los inspectores, sin omitir a sus líderes.
2.2.- Si el comercio informal no es suplicio, es debido a la fortaleza del carácter del que lo ejerce, salvo que los millones de practicantes latinoamericanos, africanos y asiáticos sean sado-masoquistas todos y cada uno de ellos.
2.3.- Si lo circunstancial de nuestro modelo económico les permitiera vender su fuerza de trabajo a precio justo, y que además, fuesen apoyados incorruptamente por las instituciones de la República generadoras de oportunidades para lograr un ascenso social y con ello vivir mejor, seguramente que como en Centro Europa, los ahí sí vendedores semifijos y ambulantes, serían escasos y confinados legalmente a la reglamentación municipal o condal; París, Roma, Budapest, Varsovia, Praga, Florencia, Pisa y Siena, son sitios donde este comercio se encuentra respetado bajo una humana regulación.
3.- Por cierto en Madrid el vendedor ambulante es perseguido y apaleado criminalmente bajo los gobiernos franquistas, y también por los emanados del Partido Popular. Los gobiernos socialistas los toleran y les dan facilidades, abriéndoles las calles y protegiéndolos de robos y agresiones. Toda vez que como gobierno democrático, el socialista español les dá oportunidades de trabajo fijando los sitios de venta a los semi-fijos, y carta abierta a los ambulantes después que el comercio establecido cierra sus puertas. Esas calles desiertas se convierten pasado el horario comercial regular en fuente inagotable de comercio, cantos, danzas y bailes de todos los nacionales de todos los países del mundo.
Saque Usted sus conclusiones ¿del por qué la saña, en Puebla para atacar y combatir al comercio informal de parte de algunos miembros del comercio establecido?.
4.- Cuando el alcalde saliente destinó con recursos gubernamentales la compra de un predio para instalar a un número de ellos, éstos no admitieron la idea de invertir de sus magros ingresos con sacrificio total un arreglo suficiente para ejercer su ocupación formalmente, el gobierno local entrante ha decidido darle otro uso según la prensa escrita a dicho terreno. Hoy ya existen voces enconadas exigiéndole al ayuntamiento mano ultra-dura para confinar bajo la anterior determinación a los vendedores.
5.- Las calles estarán desiertas de comerciantes informales, cuando el modelo económico nacional re-encauce sus objetivos. El actual sólamente ha parido dos cuerpos:
Uno de ellos es de unos cuantos miles con fortunas para ser gastadas durante décadas; el otro, es de millones de seres humanos cuyos ingresos no son suficientes ni para una mediana comida, ni mucho menos para una digna habitación con un poco de recreación.
cesarmusalem@puebla.com