Por Alejandro Mondragón
Se equivocan académicos, activistas y empresarios de Puebla en impulsar cambios por la vía de candidaturas independientes.
Lo que la sociedad reclama es su vertebración, no convertir a los cuerpos intermedios en grupos de presión para aspirar el poder.
El borracho nunca será buen cantinero, el periodista jamás se convertirá en el mejor jefe de prensa y el ciudadano debe cuidar su cartera de los políticos.
Enrique Cárdenas, enojado porque Morena no lo hizo candidato, ahora es prócer por la democracia “para frenar el deterioro de Puebla en todos los ámbitos”, dice en su propaganda.
No, no y no. Puebla está en crisis porque los organismos intermedios fueron aniquilados o comprados en el sexenio de Rafael Moreno Valle.
Los líderes sociales creyeron en que después de Marín ya no habría peor cosa, mientras las agrupaciones abdicaron al derecho de vertebrar.
Todos fueron por la chichi o acabaron en el exilio. Dejaron que los morenovallistas saquearan Puebla, a cambio de obras de ornato.
Puebla no va a cambiar si los ciudadanos se trepan al carro electoral, la transformación se registrará en la medida en que defendamos nuestros derechos, pongamos un alto a tanto hijo de la chingada con poder y, sobre todo, participamos con el voto, principalmente.
Ese grupo de “Sumamos” al término de su existencia bien podría quedar como “Saqueamos”. La historia no se equivoca. Es implacable.
Lo que Puebla requiere son equilibrios, contrapesos. Una forma sería votar por mujeres o diferenciar el sufragio para que ningún partido monopolice.
Que el poblano deje la desidia, la hueva, el “mientras no me toque”. Está claro que esos ciudadanos que quieren disputar cargos públicos terminarán convertidos en lo que más odiaron.
El poder claro que iguala.
No estaría de más antes de seguir por la ruta de la ceguera del poder que revisar lo que la Coparmex, sindicato patronal, establece sobre la vertebración social.
“La vertebración social expresa la sociabilidad humana, la cual no se agota en el Estado, sino que realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y siguiendo por grupos económicos, sociales, políticos y culturales. Ellos como provienen de la misma naturaleza tienen su propia autonomía, sin salirse del ámbito del bien común.
“La vertebración social busca construir sujetos colectivos que de manera autónoma al ámbito de la acción de gobierno contribuyan a la realización del desarrollo integral de todas las personas, mediante acciones basadas en programas, estrategias y valores compartidos por las organizaciones intermedias de la sociedad.
“La vertebración social establece los fundamentos de la organización social que lleva a los grupos intermedios a propiciar una relación justa y equilibrada con todos los niveles de gobierno, así como a generar condiciones de vida con todos los niveles de gobierno, así como a generar condiciones de vida digna de cada territorio que integra al Estado”.
En ninguna parte establece que el ciudadano debe acabar como político para el ejercer el poder.
Lo que se necesita, señores de “Sumemos”, es más sociedad y menos Estado.
SACAN LAS GARRAS EN ANTICORRUPCIÓN
El recién electo Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción ha puesto como su principal objetivo, el que le aumenten el presupuesto, porque los 50 mil pesos que ganara cada comisionado al mes, les parece poco, aunque el presupuesto es mucho mayor que en cualquier otro estado.
Francisco Mariscal, comisionado por 5 años, anda furioso por “tan poco dinero” del que dispondrán. En lugar de preocuparse por luchar contra la corrupción se enfoca a ver cuánto mama del presupuesto del aparato gubernamental
Y -por otra parte- los tres nuevos magistrados del contencioso administrativo que también forman parte del sistema anticorrupción están ocupado antes que en redactar su normatividad interna, en que les aprueben presupuesto para comprar sus tres camionetas Suburban.
Pinches cínicos, tengan tantita madre.