Por Jesús Manuel Hernández
Al ex gobernador de Puebla se le está acabando el tiempo para consolidar su proyecto presidencial dentro de las filas de Acción Nacional.
Los números no terminan por darle una prospectiva favorable en el corto plazo, de ahí que sus decisiones enmarcadas en la adrenalina a la que está acostumbrado, le permiten quitarse la máscara de seis años y por fin presentarse como un auténtico político en cuyas venas corre más la sangre del Grupo Atlacomulco, de Peña Nieto y por supuesto el PRI.
El 28 de julio el ex gobernador Moreno Valle no tuvo empacho en asistir a la convocatoria donde Enrique Ochoa Reza involucró a la dirigencia del Panal y Miguel Ángel Mancera en el foro denominado “Primer Seminario para Repensar el Futuro ¿Quién dijo miedo?”
Las fotografías aparecidas en las redes sociales dan cuenta de la simpatía, de la cara de felicidad, del buen estado de ánimo de Rafael al pararse junto a la jerarquía tricolor.
Desde hacía tiempo el ex gobernador venía trabajando en esta coyuntura de presentar una alianza, una coalición, de frente al avance de Andrés Manuel López Obrador.
Pero los panistas tradicionales no le creyeron, no lo aceptan del todo, por el contrario, le han dado la espalada y le cierran espacios en la medida en que Rafael sigue amenazando con llevarse sus canicas a otro jardín donde pueda hacer la roncha con amigos ocultos, pero activos en su proyecto.
No puede negarse la capacidad de improvisación y de respuesta rápida del ex gobernador que, si bien se mira esto, no andaría muy lejos de terminar por convencer a los tricolores, verdes, Nueva Alianza, facciones del PRD y quien se quiera sumarse para demostrar que Morena si tiene rival con capacidad de ganar el 2018.
A quienes lo conocen no les extraña en lo más mínimo esta actitud. Asumir esta postura es una nueva muestra de lo complicado que se ha vuelto permanecer afiliado y disciplinado al PAN.
Ya en el pasado lo demostró con el PRI cuando le negaron la senaduría con miras a la candidatura por el gobierno poblano.
Rafael sabe perfectamente que sólo con una elección abierta entre ciudadanos podría alcanzar, arañar, la candidatura, los otros no tienen posibilidades, pues el factor dinero es el activo más importante para financiar libros, espectaculares, conferencias, giras, anuncios, redes sociales y lo que sea necesario para detener a López Obrador.
O por lo menos, así me lo parece.
