Por Alejandro Mondragón
La inseguridad en los alrededores de los campus de la BUAP es consecuencia de una realidad que se trata de ocultar por parte del rector Alfonso Esparza en su camino a la reelección:
Desde el interior de la máxima casa de estudios se tolera el narcomenudeo, la trata de universitarias, los robos a autopartes y desapariciones.
La razón es simple: la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria dio cabida a porros, pandilleros y chavos banda. Les pusieron uniformes y a atracar.
Desde que el Tío Poncho metió a su sobrina consentida, Susana Hernández, en la coordinación de la DASU de la BUAP, los levantones de estudiantes y feminicidios se dispararon.
Y cómo no va a pasar esto, si el esposo de la sobrina del Tío Poncho, Julio Galindo, como director técnico del Consejo Universitario, es quien controla todo para su jefe: el rector.
Por eso, ahora resulta alarmante que Esparza pretenda la autorización para que su policía privada use armas de fuego, cuando nadie de la DASU pasaría ninguna prueba de confianza.
Y es que este grupo que se comporta como comando y también es usado para intimidar a críticos en la BUAP, seguirlos y espiarlos.
Para estas labores se pinta solo el director de la DASU, Zeferino Juan Sánchez Zarza, exencargado de la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio de Rafael Moreno Valle (2013 y 2015).
La BUAP forma parte del gabinete ampliado del gobierno del estado.
Sánchez Zarza es un personaje cercanísimo al ex mandatario poblano y experto en el análisis de la Inteligencia. Ahora forma parte de la nómina del personal de la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria de la BUAP. Gana más que el rector.
Todo lo que ocurre en los alrededores de los campus de la BUAP, plagados de inseguridad y crimen, es porque los operadores de Esparza tienen el negocio. El porrismo llegó de la mano del #RectorBala.
Un reporte interno de la BUAP es revelador:
“¿Quiénes son ellos? ¿Qué tienen de especial? El primero, Isaac Jiménez resulta ser un porro fuertemente identificado con lo que traicionó al narismo.
“El cuñado de Jiménez es José Luis Carranza Magallanes, co-fundador junto con Pepe Chedraui de la Escuela Municipal de Cuadros del PRI.
“El segundo porrito Gustavo González viene de la escuela de Damián Hernández y del famoso Juan Manuel Alonso Orozco, mejor conocido como El Oso que respondía a sus órdenes y ahora sirve a los intereses de Zepeda Memije, lo cual me hace pensar que este personaje no tiene de otra más que reciclar viejos porros, pues su escaso conocimiento de la universidad no le da para más y también el de su madrina, pues no olvidemos es egresada de la Libre de Derecho (Isabel Hermoso) o que tanto Damián como el Oso siguen mandando en la Universidad.
“Julio Galindo Quiñones es otro personaje. Fue el porro de angora de Damián Hernández y desde que se casó con la sobrina del Tío Poncho, se siente el primer sobrino de la BUAP.
“Ahora desde la Secretaría Técnica del Consejo Universitario usa a Raúl Gálvez y al famoso Juan Carlos Pérez Medina alias “El Papirrín”.
No pierda de vista estos nombres, porque pronto serán objeto de escándalo.
Por lo pronto, está claro que la inseguridad en la BUAP que pretende endosar el rector Esparza al alcalde Luis Banck y al gobernador Antonio Gali es resultado de que se ocupa más por utilizar recursos universitarios en su reelección que en proteger a su comunidad, a la cual –los suyos- extorsionan, roban y amenazan.
En la BUAP a este grupo ya se le conoce como El Tío Poncho y sus sobrinitos.
Lástima que los académicos hayan perdido los huevos a la crítica y defensa de la BUAP, desde el sexenio morenovallista.
