Por Alejandro Mondragón
En noviembre del año pasado, se aprobaron en Puebla las bases para la conformación de un gobierno de coalición en el 2018:
“Los candidatos que ganen con menos del 42 por ciento de la votación construirán un acuerdo de coalición con el resto de las fuerzas políticas que participaron, mismo que de no concretarse en un periodo de 30 días obligaría a una segunda vuelta electoral”.
No pierda de vista este dato.
Un encuentro casual registrado la noche del viernes en el restaurante El Desafuero se perfila a convertirse en una alianza para el 2018.
El líder estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, junto con Enrique Doger, delegado del IMSS, y el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri –principales fuerzas que dominan al tricolor de Puebla- compartían el pan y sal.
De pronto, se acercó a saludarlos Fernando Manzanilla o “Manjanilla”, como lo llama Andrés Manuel López Obrador.
Una foto difundida en la red social de tuiter por parte de José Antonio López Malo, secretario de Finanzas del PRI, de los 4 personajes dejó todo a la especulación.
“Manzanilla coquetea con el PRI; orquestan derrota de RMV en 2018”, publicó el diario Cambio, en su edición digital.
Está claro que nunca hubo un encuentro planeado, sólo una foto que pretendió capitalizar el PRI, pero en realidad convalidaron el escenario de pactar un gobierno de coalición para el 2018 en Puebla.
Estefan, Lastiri y Doger van a preferir pactar con Morena antes que con Moreno Valle. No les quedaría de otra, aunque ya el ex gobernador opera para que el PRI de Peña Nieto se alíe a su plan de llevar a Martha Érika Alonso a la candidatura morenovallista en 2018.
Todo en la lógica de la legislación de gobiernos de coalición que aprobaron en el Congreso del Estado desde el año pasado.
Manjanilla anda en lo suyo. Escuchar voces, hacer política y llegar acuerdos para dar viabilidad democrática a Puebla, al margen del maximato.
Moreno Valle se va a atrincherar en Puebla, como lo quiere hacer Peña Nieto en el Estado de México, para enfrentar la ola pejista que se avecina en el país.
Si los grupos priistas pactan con Morena, otra historia se escribirá en el estado. De lo contrario, ya se esboza el maximato: “Puebla sigue, demos el siguiente paso juntos”.
Un enemigo común, une a adversarios.