Por Alejandro Mondragón
En Gobernación federal y delegaciones se tiene la certeza que el actual delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, será finalmente la carta oculta de Morena para la gubernatura del 2018 en Puebla.
Y con que logre sumar a una corriente importante de priistas, entonces podría perfilarse como el puntero de los comicios.
Afirman en Bucareli que lo de Doger sería el doble juego de un personaje como Manlio Fabio Beltrones, quien anda en tratos con López Obrador y Morena para abrir espacios a esa expresión priista.
Eso es lo que se comenta en los círculos del poder presidencial, donde sonríen cuando se les pregunta sobre el silencio de Doger ante el desmadre priista que enfrenta el partido.
En realidad, el grupo de Osorio Chong empuja a Enrique Doger fuera del PRI para dejarle camino libre a su candidato Juan Carlos Lastiri, cuya imagen es espejo vivo de cómo vemos los poblanos al tricolor: calavérico. Que los dogeristas no oigan el canto de las sirenas, porque en Morena se sabe la animadversión de López Obrador hacia lo que representa el ex alcalde.
Para nadie es un secreto que no existe hoy peor enemigo del PRI en Puebla que Jorge Estefan Chidiac, quien opera para aparecer en la boleta electoral como candidato al Senado, lo que se traduce en imposiciones de dirigencias municipales, estructuras a modo y apertura a incondicionales.
Los críticos que se pudran. Quizá eso explica la acalorada discusión con manotazos y empujones, entre Estefan y el diputado federal, Alejandro Armenta Mier, durante el pasado informe del alcalde de Tepeaca.
Estefan se apeñó, es decir, cerró paso a la autocrítica. Ahora se sabe que Moreno Valle jamás quiso su cabeza, la quieren los priistas de Puebla.
Eso sí, Doger anda en su Plan B que no es otro más que la alcaldía de Puebla, lo que explica el ataque mediático contra el dirigente municipal del PRI, José Chedraui.
En fin, los priistas con sus guerritas, mientras Gali en campaña con eso de que Puebla sigue.
A los morenovallistas no les debe gustar para nada la opción Doger, porque para ellos la posición es José Juan Espinosa, el alcalde con la cola más larga que la lengua.
