Por Jesús Manuel Hernández
Hasta la noche del lunes estaban confirmados los actos de Margarita Zavala en Puebla invitada a dos eventos principales, la conferencia a los estudiantes de la UPAEP, bajo el título de “México: de la indignación a la acción”, y la reunión con la asociación civil “Yo con México”. Además sostendría entrevistas privadas.
Al saberse días antes de su visita, algunos morenovallistas como Pablo Rodríguez Regordosa se dedicaron a desalentar el apoyo de los panistas poblanos a las actividades de la señora. Al parecer sin mucho éxito, pues las reservas de los espacios donde estaría Margarita estaban llenos todos los lugares.
La mañana del martes todo seguía igual, de pronto una llamada telefónica anunció que la aspirante a la candidatura presidencial mejor posicionada del PAN no llegaría a Puebla por causas de fuerza mayor.
Una voz anónima anunció que todo se debía a la petición del gobernador para no presentarse en Puebla. El asunto fue totalmente falso.
A las 10.46 la propia Margarita Zavala anunció en su cuenta de twitter: “Hoy tendré de emergencia una cirugía de retina. Afortunadamente a tiempo, pero el postoperatorio es de reposo. ¡Lamento no estar en Puebla!”.
El clima interno del partido en Puebla se ha tornado tenso, la aparición de las nuevas encuestas, las públicas y las privadas no filtradas a la prensa, están haciendo verdaderos agujeros a la presencia del gobernador poblano en el escenario nacional. No sólo las aparecidas en el periódico El Economista, donde de ser el candidato Rafael llevaría al PAN al tercer lugar en las elecciones de 2018.
Debe sumarse la cantidad de comentarios, en forma de noticia, opiniones periodísticas y análisis que han venido apareciendo tanto en la prensa escrita como en los portales no controlados por el gobierno poblano.
Todos han tenido denominadores comunes, el uso del dinero público en la precampaña para las giras de Rafael en busca del apoyo partidista y la enorme deuda pública oculta en la forma de los llamados PPS.
Y por si fuera poco este martes apareció otro vector en el análisis que incide en Puebla, la estrecha relación del ex gobernador veracruzano Javier Duarte con el poblano, Rafael Moreno Valle. Miguel Ángel Yunes, gobernador electo declaró que Duarte había huido a Puebla, no se sabe si por cercanía o por la protección que le brindaría el inquilino de Casa Puebla.
Y vaya que Yunes conoce a Rafael muy bien, desde tiempos de la maestra Elba Esther, viniendo de él, el comentario, hay que pensar en los asegunes.
O por lo menos así me lo parece.
