Por Jesús Manuel Hernández
Casi pasaron desapercibidos los mensajes del pontífice Francisco hace una semana dedicados a México.
No es casual que el Papa haga comentarios aislados sobre algún país en su mensaje del Angelus; casi siempre es el momento de reflexionar sobre los grandes problemas mundiales y se usa para enfatizar algún tema religioso.
Por ello es que merece la pena recordar que el domingo 25 Francisco habló de un tema que ha generado polarización entre la sociedad mexicana. El Frente Nacional por la Familia que recibió la autorización del propio pontífice según ha divulgado después la revista Proceso, habló de la marcha en la capital del país: “Me adhiero con mucho gusto a los Obispos de México en el apoyo al compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil a favor de la familia y de la vida, que en este tiempo exigen especial atención pastoral y cultural en todo el mundo… Y, además, aseguro mi oración por el querido pueblo mexicano, para que cese la violencia que en estos días ha golpeado también a algunos sacerdotes”.
Dos temas que caen en la charola de Los Pinos, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo y la creciente violencia en el país que también afecta los ministros de culto católicos.
A los tres días, en el Angelus del miércoles 28, Francisco volvió a citar a México al dedicarle según él mismo dijo “un pensamiento especial, un pensamiento al pueblo mexicano…Los invito a cantarle a la Guadalupana pidiendo por los sufrimientos de este pueblo”.
Los mensajes sueltos tendría otra connotación, pero han sido en San Pedro, en menos de una semana dos veces tocando el tema de México y curiosamente en coincidencia con la llegada del nuevo Nuncio Apostólico a la capital mexicana.
Mientras el Papa oraba en el Vaticano por México, Franco Coppola cerraba su portafolios con los temas pendientes de su nunciatura; el jueves voló al país y entró por una puerta especial para diplomáticos, no habló con la prensa.
¿Qué temas trae en la agenda el nuevo nuncio? Simplemente los que el propio Papa Francisco ha destapado en público, lo cual hace prever un endurecimiento en las relaciones de la Iglesia con el presidente Peña Nieto.
Coppola trae la experiencia en países donde los católicos son perseguidos, ha estado en Líbano, Burundi, Colombia, Polonia, Chad y República Centroafricana. O sea, improvisado no es.
O por lo menos así me lo parece.