22-11-2024 09:03:34 AM

La Boda del Siglo

Esto ocurrió el pasado 20 de Octubre en un lejano pueblo del próspero Estado de Michoacán, llamado Tejeringo el Chico (pasas con cacahuate es el dulce regional del lugar), que para más orientación se encuentra cerca de las poblaciones gemelas de Tecojorita y Mejuegas el Grande, situadas un poco antes de San Goloteas del Leño.

Estos dos pequeños y pintorescos poblados de Tecojorita y Tenalgueo el Grande, son famosos en la región por la elaboración de una gran variedad de quesos, entre los que, solo por nombrar algunos, le señalo los siguientes:

El Queso Baras, el Queso Babas, el Queso Badotas y uno muy especial y por lo mismo difícil de conseguir, ya que su producción es exportada totalmente a Francia, cuyo nombre es el Queso Plas. En fecha próxima lanzarán al mercado un nuevo producto de tipo ¡Light! que llevará la nueva marca del ¡ El Queso G.T.!

Aquel hermoso día de otoño, contrajo nupcias la señorita Pilar Godoy con el nunca bien ponderado y atractivo joven Aquiles Baeza Parada hijo del Sr. Presidente Municipal del pueblo, Lic. Aquiles Baeza Vergara, quien a su vez es sobrino del que fuera Gobernador del Estado, Don Aquiles Arreola Vergara.

No puedo dejar de mencionarle que el joven novio también es sobrino de doña Devorah Vergara (actualmente asesora de Mónica Lewinsky), quien en sus años mozos fuera novia del famosísimo bandido de esa región, Proculo T. Trueno.

La ceremonia religiosa estuvo a cargo del párroco del lugar, el cura Melañonga, sucesor del muy querido Cura Melchor, nombrado en épocas de la persecución cristera por el no menos famoso Cardenal Gasdás. Entre muchas de sus obras, el Cura Melchor hizo el campanario de la iglesia.

La boda se celebró en la parroquia de la Santa Madre Hada, Virgen y Mártir, siendo las damas de honor en la ceremonia religiosa las encantadoras hermanas Melo: Rosa, Deborah y Rita, acompañadas por su señora madre, conocida entre sus cercanas amistades como Mamá Melo, quien estuvo en lo suyo y se mostró muy feliz por el gran acontecimiento.

El banquete resultó ser un gran éxito y acudieron muchísimos invitados, algunos de los cuales venían de muy lejos; de Lomas Turbas, Lomas Ajeas y Lomas Ticas (población de Costa Rica). También había gente muy importante entre los que se encontraba el rico ganadero, Agapito Melorques acompañado de sus amigas, la agraciada señora Alma Marcela Silva de Alegría y doña Elma Madero de la Concha Parra.

Se vieron entre los asistentes algunos aristócratas como el Marqués Zacarías Blanco de la Barra, descendiente directo del Zar Zacarías el Grande y un noble alemán de quien solo recuerdo que le decían el Barón Methoven.

También estuvieron presentes algunos personajes internacionales como el conocido diseñador de modas italiano Willy Milano, el piloto de fórmula uno estadounidense, cuya señora madre es oriunda de esta risueña población, el connotado Elber Gun Rosas y Su Excelencia, el embajador del Japón en México, Isike T. Koho acompañado de su guapa esposa Kimono Tuo Yito.

El maestro Sebino Sobretti, vestido elegantemente con un traje de telas de Juir (población de Arabia Saudita), fue quien dirigió la orquesta en tan prestigiada fiesta. De sobremesa, el maestro Sebino, con la concertista del pueblo, la señorita Tecla Varela del Rey, interpretaron un agradable dueto musical en el que ella tocaba el piano, mientras él, la viola.

Las niñas Concha, Queta, Mela y Rita, sobrinas del novio, fueron las primeras en correr hacia el banquete, dirigidas por su tío Bartolomé Costecho quien le gritó a la mayor: ¡Agarra mesa grande! La muchacha rápidamente agarró la más grande que era la de Sobastián “El Negro” Rosas, chofer de los novios, quien les estaba guardando lugar.

Una vez que se instaló todo mundo en sus respectivos lugares, llegaron los meseros a servir el banquete, en el que hubo de todo, pero lo que más gustó fue el consomé Costecho, receta del tío Bartolomé, pescado del Chico (por el nombre de un pequeño lago cercano al pueblo), frijoles de Zacapún y de postre el Raspado de Anís con plátano que les dieron a todos al final. Para los niños hubo unos caramelos conocidos como chupones de Mamey, muy exclusivos de esta región.

Los que se quedaron con ganas de postre, pues no alcanzó para todos, se fueron con Doña Rosa quien vende mangos (en el pueblo se le conoce popularmente como Rosa la Manguera) a un lado de la casa del chico temido del barrio, mejor conocido como el Coyote Cojo.

Cuando éste vio salir de la fiesta al pobre de Benito Camelo Buss que iba a comprar mangos y que es casi casi un santo, como el beato Carlos del Toro, le armó un pleito tremendo pues le dijo: “ayer te vi que tenías a mi novia, Carmela Pelais “La Cabezona”, sentada en la parada del camión……

Cuando se empezaron a pelear, llegaron dos tipos de mala fama, Guillermo (Memo) Herdez “El Pelón” y José Boquitas de la Corona y se armó un verdadero lío. Benito Camelo Buss se asustó mucho y prefirió retirarse volando de la fiesta. Un ex empleado de ferrocarriles, el garrotero Meme Díaz le gritó a Benito: ¡¡¡No temas como teme Terán el Gordo!!!, apellido y apodo respectivamente de uno de los dos policías del pueblo, que era bastante sacatón.

La fiesta seguía y nadie se dio cuenta del pleito, excepto Agapito Vélez Ovando que salió corriendo del lugar para ir a ver al doctor, pues según Mónica Galindo, comió mucha carne pero hizo pescado (del toallero), es decir le dio una diarrea de aquellas. Lo atendió el doctor Hipócrates Q. Lozano quien es una persona ya de edad y que toda su vida se ha dedicado a atender a las gentes de ese pueblo. No obstante su calidad de médico de rancho, ha patentado varias medicinas, entre las que se encuentran el Mitrozón macizo chupado, un caramelo para la tos y el Pardenal, gotas muy buenas para los ojos irritados (la marca de exportación de estas últimas es “Kenal gotas” para los ojos).

A pesar de estos pequeños incidentes, la fiesta pudo continuar en paz gracias al mensaje que envió la premio Nobel Rigoberta Menchú Farías y que fuera leído por la profesora de la escuela rural, la Srita. Yanny Ledezma Mádas, quien iba elegantemente ataviada con un hermoso vestido guatemalteco, regalo de Rigoberta, de un rarísimo color “rosa celeste”, coordinado con un saco café confeccionado con un fino corte de las famosas tiendas Telas Poncho, negocio que heredó Alfonso Jr., o sea Poncho el chico, quien también estuvo presente y disfrutó del magno evento.

Por último no puedo dejar de comentarte que me encontré en la fiesta a tus amigos Eduardo (Lalo) N. Ganiza y su primo Francisco (Paco) Jerte (hermano de Ciriaco) y a sus bellas acompañantes Rosa Melcacho y Alma María Rico.

Espero que haya Usted disfrutado este relato, tanto como yo disfruté de la fiesta, saludos.

ATENTAMENTE

Su amiga de siempre,

SUSANA ORIA

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