Te encuentras dentro de mí en posición erecta. En posición devorando mis pezones.
Saboreas mí esencia que se convierte en savia para ti. Para tu cuerpo excitado. Para el cuerno que levantas tempestivamente ante el aroma de carnes y sexos.
Me tumbas en la cama. Mientras mi ser sediento de ti se embriaga de olores que destilan los cuerpos que se aman.
Imágenes pasan por los dos, invadiendo la habitación que se abre al erotismo de estos cuerpos ardientes.
Pasajes candentes nos rebasan para erosionar la tierra en la que estamos.
Beso tu ser y te respiro en el orgasmo.
Copulas en el hueco de mi boca y te dejas venir con el viento abrupto.
Sedes ante lo que te ofrece el corazón que late. Eres la parte que se posa en mí.
En ese momento en el que puedo gritar que eres mío, inagotables veces. Y que yo, soy tuya cuando me tienes en el vuelo.
Agarrada de tu cuerno. Entregada a ti. En ese olvido de tardes en las que te ocupas de mí.
Resucito cada vez que me dejo en ti. Y en tu recuerdo Cada vez que mi orgasmo te invoca y lubrica cada letra de tu nombre.
Te veo copular mientras yo sigo bebiendo el néctar que me ofreces.
Caen los cuerpos. Rendidos y embriagados de amor. Ante esas idas y venidas.
Te veo reposando en mis pezones. Mientras las mariposas de mi ombligo salen a deleitarse de los jugos derramados. Absorbiendo el néctar, para luego regresar a su refugio.
Afuera… la gente sigue en su camino. Adentro… la música va quedando en el olvido. Mientras dos cuerpos tendidos se relajan.
