Baja el vidrio por el mecanismo eléctrico, se alcanza a ver un hombre maduro y atractivo con gafas, señala a una de las comadres y le dice:
ÉL- Súbete, hermosa
COMADRE 1 – ¡Ya viste, te dice que te subas!
COMADRE 2 – Pero no lo conozco.
COMADRE 1 – ¿Y eso qué? Súbete mensa, no seas pendeja, ¿Ya viste el carro?
COMADRE 2 – ¿Y si me hace algo, comadrita?
COMADRE 1 – ¡Pues me platicas todo pendeja! Tú déjalo que te haga lo que quiera.
La comadrita se sube al Audi y se van.
Pasan unos 20 minutos y la otra comadre seguía caminando en la misma calle, sólo había avanzado unas cuadras, se acerca nuevamente el Audi, baja el vidrio y era la comadre que se fue con aquel galán.
La comadrita asombrada de ver que conducía el auto le pregunta:
COMADRE 1 – Comadre, ¿Qué pasó?, ¿Por qué traes el auto?, ¿Y el tipo dónde está?
COMADRE 2 – Súbete, deja te platico: Era un hombre guapísimo, un galán.
Me llevó a un motel, me besó, me abrazó y luego me metió al cuarto, se quitó toda la ropa y me dijo: ¡hazme una mamada!, y entonces:
¡Que le chingo el Audi, comadre!