25-11-2025 12:00:29 PM

El ego que produce sordera y nubla la visión

Por Valentín Varillas

No, no es un tema de números, tamaños o estridencia.

Si tomáramos en cuenta únicamente estos factores para evaluar la manifestación ciudadana realizada en contra de la alcaldesa de San Pedro Cholula, Tonantzin Fernández, estaríamos perdiendo todo realismo en cuanto al descontento que priva en aquel municipio, ante lo que sin duda es el peor gobierno de su historia.

Hay elementos que no dejan lugar a dudas.

De entrada con el tema de la inseguridad.

Un aumento de cerca del 40% en el índice delictivo en apenas el primer trimestre del 2025.

Los principales: robo de vehículos y autopartes, además de asaltos en vía pública

Los ciudadanos viven ahí un auténtico infierno.

Es términos de percepción, más allá del dato duro, el 75% de quienes ahí viven lo consideran un lugar “inseguro” o “muy inseguro”.

Lo mismo en el tema de la corrupción.

Existe una total falta de trasparencia en el otorgamiento de todo tipo de contratos y servicios.

A pesar de las constantes solicitudes, se mantienen en el más completo hermetismo.

El compadrazgo y el amiguismo pesan mucho más que la eficiencia.

Trabajos caros y mal hechos que tienen en un serio problema a las finanzas públicas de ese lugar.

Además de le evidente colusión de los policías con las bandas dedicadas a todo tipo de delitos, a la Contraloría municipal han llegado cientos de denuncias por irregularidades cometidas por servidores públicos.

Cobros indebidos, extorsiones y mordidas, además de malos tratos y abusos de autoridad, son parte de las conductas que aparecen en expedientes que hoy duermen el sueño de los justos.

Están congeladas, pues.

Existe igualmente un descontento unánime por el estado en el que se encuentra la infraestructura urbana.

A pesar del apoyo del gobierno de estado, existen deficiencias y rezagos que, de acuerdo con la capacidad presupuestal del gobierno municipal, tendrían que haberse ya subsanado.

Pasa lo mismo con la falta de acciones concretas en el mantenimiento de la red de agua potable y alcantarillado, en un Sosapach que, como nunca, se ha convertido en una fuente inagotable de recursos para quienes hoy lo operan.

La moneda de cambio ha sido el abasto y la calidad del líquido que reciben los cholultecas.

Y así, como esto, hay mucha, muchísima tela de donde cortar.

Pero más allá de si pesan o no quienes han tenido el valor de salir a las calles para exigir su legítimo derecho a tener un gobierno honesto y eficiente, habrá que ver qué dicen las encuestas.

Las reales, las verdaderas.

Las que no se mandan a hacer a la medida y que, a pesar de no haber sido publicadas todavía, muestran una administración que se encuentra al borde del abismo.

Y apenas es su primer año.

Esta realidad empata perfectamente con los números que tienen en lo electoral Morena y sus aliados.

Mandar a Tonantzin a la reelección seria un suicidio político.

Pero además, también concuerda con exactitud de relojero con la radiografía que se tiene en el gobierno del estado sobre la realidad que se vive en San Pedro.

Un auténtico foco rojo en materia de gobernabilidad e ineptitud, que es considerado ya como de urgente atención.

Pero esto, claro, no se siente en palacio municipal en donde, el convenenciero canto de los lambiscones se escucha más que el auténtico reclamo social.

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