19-11-2025 09:42:43 PM

Seguridad: dato duro mata grilla

Por Valentín Varillas

 

Después del primer gobierno federal emanado de la 4T, las cifras en materia de seguridad pública dejan sin efecto el discurso que pretende culpar al pasado de todos los males que vive el país en presente.

El sexenio de López Obrador, el que abrazó a los criminales en lugar de combatirlos de frente, ha sido el más violento de la historia.

Se cometieron más de 200 mil asesinatos dolosos, una cifra muy superior a los 156 mil de Peña Nieto o los 120 mil de Felipe Calderón.

Con el reciente asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, también se pretendió vender que en los gobiernos del PRIAN se le había abierto la puerta a la delincuencia y que se les había dejado actuar a placer en Michoacán.

Cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública demuestran que cuando AMLO gobernó el país, ese estado vivió sus años más oscuros.

De 2018 a 2024 fueron asesinadas más de 13 mil personas, el doble que con Peña (7 mil 800) y el triple que con Calderón (4 mil 600).

Se trata de datos duros, números fríos que nada tienen que ver con colores, ideologías o partidos.  

La misma metodología muestra el fracaso de los gobiernos del PAN en Puebla, en lo que a la seguridad se refiere.

Por ejemplo, en el sexenio de Moreno Valle en donde el huachicol creció de manera exponencial.

De 73 tomas clandestinas registradas en la entidad al inicio de su administración, pasaron a 1,533 en apenas seis años.

Un incremento del 3,028%.

Huachicoleros fueron protegidos desde lo más alto del poder político e inclusive, fueron utilizados como operadores electorales en las zonas en donde tenían una mayor influencia.

Las cifras no favorecen tampoco al gobierno municipal que encabezó Eduardo Rivera y terminó Adán Domínguez en la capital del estado.

En ese trienio, los delitos pasaron de 28,839 a 32,315, un aumento de más del 12%.

El total de robos cometidos en la ciudad aumentó un 17%, destacando el robo a transportista (198%), el robo a bordo de las unidades del transporte público (49%) y el de autopartes (37%).

Nada que presumir, ni de un lado ni del otro del espectro político nacional.

En este contexto, poco a poco, nuestros políticos y servidores públicos se darán cuenta de que tomar el tema de la seguridad pública como materia prima para el golpeteo político, con estos indicadores, se convierte en un peligroso búmeran que regresa e impacta de frente, haciendo pedazos la credibilidad y el prestigio de quien lo lanza.

Ojo ahí.

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