15-10-2025 02:58:32 PM

Alcalde pillo y regañado

Por Valentín Varillas

La visita de la presidenta Sheinbaum a Huauchinango sirvió para que los pobladores del lugar le hicieran llegar, de manera directa, todo tipo de quejas en contra del alcalde Rogelio López Angulo.

No solamente por su pésima actuación en medio de la emergencia generada por las lluvias de hace unos días.

La inconformidad es ya añeja.

López Angulo ha implementado ahí un auténtico cacicazgo que, más allá de garantizar el control político del lugar, busca eternizarlo en el poder.

Por las buenas o por las malas.

Actualmente se encuentra en su tercer período como edil.

A su paso por el servicio público, ha dejado una estela de corrupción, violencia y sospechas fundadas de pactos inconfesables con las organizaciones criminales de la zona.

Se habla inclusive de que tiene una sociedad con quienes operan los préstamos “gota a gota”.

Esos que están ligados con la delincuencia organizada y ofrecen dinero para emergencias con intereses que terminan siendo impagables.

Cobran de manera violenta a los incumplidos y en varias ocasiones, ante la imposibilidad de los deudores de cumplir, se terminan quedando con casas, terrenos o cualquier otro valioso activo que forme parte de su patrimonio.

Por eso, comúnmente se refieren a él como el “alcalde agiotista”.

También es un secreto a voces el que el presidente y parte de su equipo de colaboradores más cercanos, llevan años involucrados en extorsiones a comerciantes y empresarios del municipio.

Y que estas las llevan a cabo los propios policías a su servicio.

Aquellos que, en teoría, tendrían que salvaguardar la seguridad de los ciudadanos.

En el 2024 se presentaron una serie de denuncias relacionadas con estos hechos ante a Fiscalía General de la República.

No ha pasado nada.

Ojalá ya pase algo, ahora que la jefa del ejecutivo federal vio con ojos propios la realidad que se vive en Huauchinango.

Claudia Sheinbaum dijo de manera contundente: “usted me dice que sí trabaja, pero la gente me dice que no y la verdad yo prefiero creerle a la gente”.

Con este antecedente, sería deseable que las denuncias y carpetas de investigación se descongelen.

Que dejen de dormir el sueño eterno para seguir el curso jurídico que marca la siempre deseable aplicación del estado de derecho.

Esa que, en teoría, no tiene colores ni partidos.

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