Por Alejandro Mondragón
Después de la selección del candidato a la gubernatura en Puebla, donde Alejandro Armenta resultó favorecido, uno de los participantes seguía sin salir del asombro.
Rodrigo Abdala estaba convencido en ser el personaje más cercano a la estructura de poder en Morena.
Su tío político, Manuel Bartlett, se mantenía como el poderoso director de Comisión Federal de Electricidad.
Peeero además resistió a los embates políticos del entonces gobernador Miguel Barbosa; y el diputado federal, Ignacio Mier.
Al final no resultó ser el candidato a la gubernatura, luego tuvo que intentar la alcaldía de Puebla con los mismos resultados, pese -a que durante el sexenio de López Obrador- Abdala fue dos veces el delegado del Bienestar en Puebla, ajá, como ahora.
Este reportero, meses después de perder las dos nominaciones, gubernatura y alcaldía, se le acercó en la visita de Claudia Sheinbaum para inaugurar la sede del Politécnico Nacional en Puebla.
Sin embargo, Adbala atajó: también tú me vas a decir que desaproveché mi posición de delegado del Bienestar.
Pues no sólo lo creía antes, sigo creyendo que Rodrigo no aprendió la lección.
Se quedó en Puebla como delegado del Bienestar. Ahora que se dio a conocer de la reducción de la pobreza con AMLO y la Cuarta Transformación, oootra vez a Abdala le pasó de noche el tema, pese que él fue ¡el delegado en Puebla!
Cero recorridos en medios para defender y presumir la reducción de la pobreza, mediante las políticas públicas de la 4T.
El propio gobernador Alejandro Armenta se quejaba que los medios de comunicación muy poca difusión dieron al tema.
Y no, el responsable de hacerlo no sabe capitalizar para los gobiernos y la delegación que encabeza, tales esfuerzos.
Seguirá en la banca, aunque quiere la candidatura a edil que ya tiene marca de supermercado.
No tiene remedio.
