Según estudios recientes:
hacerlo parado, fortalece la columna; boca abajo, estimula la circulación de la sangre; boca arriba, es más placentero; hacerlo solo, es rico, pero egoísta; en grupo, puede ser divertido; en el baño, es muy digestivo; en el auto, puede ser peligroso… Hacerlo con frecuencia, desarrolla la imaginación; entre dos, enriquece el conocimiento; de rodillas, resulta doloroso…
En fin:
Sobre la mesa o sobre el escritorio, antes de comer o de sobremesa, sobre la cama o en la hamaca, desnudos o vestidos, sobre el césped o en la alfombra, con música o en silencio, entre sábanas o en el closet:
Hacerlo, siempre es un acto de amor y de enriquecimiento.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica…
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