16-05-2025 11:55:08 AM

Reinventar el Tren Puebla- Cholula

Por Valentín Varillas

 

No, no se trata de “colgarse” del legado de Moreno Valle.

La rehabilitación del Tren Turístico Puebla-Cholula tiene como objetivo el volver funcional un proyecto millonario que, como otros, dejó hipotecadas las finanzas públicas del estado por décadas, sin aportar beneficios concretos a los poblanos.

Desde su creación, la obra se caracterizó por todo tipo de irregularidades.

Fueron tan descaradas y evidentes, que, al entonces secretario de Transporte, Bernardo Huerta Couttolenc, Rafael lo obligó a firmar un acuerdo de reserva de toda la información vinculada al mismo.

De esta forma, se blindaban de la responsabilidad de informar y se protegían de “las opiniones, recomendaciones o puntos de vista que forman pate del proceso deliberativo de los servidores públicos que intervengan en el proyecto, a los estudios y dictámenes técnicos, a los proyectos de inversión y proyecto ejecutivo, a los permisos, a las autorizaciones, a la construcción, así como toda la información relativa al proyecto y su desarrollo hasta la culminación del mismo, se considera de acceso restringido en su modalidad de reserva con carácter temporal, toda vez que su divulgación puede causar daño y perjuicio al interés del Estado y poner en riesgo su realización, o lesionar los intereses públicos o colectivos”.

Así como lo lee.

Blindaje total.

De esta manera, en la más absoluta opacidad, privaron a los poblanos del derecho a saber como se estaban invirtiendo cientos de millones de pesos de nuestro dinero. 

Bendita transparencia ¿no?

Y es que, ellos mejor que nadie sabían lo que realmente había detrás de la realización de este proyecto.

De entrada, dos características que fueron la constante en el diseño y operación de los programas de obra pública y generación de infraestructura del morenovallismo: los monumentales sobrecostos y el descarado pago de moches.

Y es que, en noviembre de 2013, cuando fue incluida dentro de la carpeta de proyectos del gobierno poblano para su inclusión dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación 2014, se estimó que costaría 300 millones de pesos.

Al final, se destinaron mil ciento trece millones para su realización.

El tren terminará de pagarse hasta e 2039.

De locos.

Y lo peor: en cinco años de operación, se recuperó apenas un 1% de los costos fijos necesarios para mantenerlo funcionando.

No pegó.

Su afluencia fue siempre, absolutamente marginal.

Y es que, el precio del viaje redondo era de 120 pesos por cubrir apenas una distancia de 17 kilómetros.

En su inauguración, que contó por cierto con la presencia del entonces presidente Enrique Peña Nieto, Moreno Valle manejó en su discurso que estábamos ante un importante proyecto de detonación en materia turística en la zona.

La realidad es que, además de caro, los usuarios sólo alcanzaron a ver durante su recorrido una cantidad importante de lotes baldíos, parajes desérticos, changarros y fábricas.

Nada que resultara mínimamente atractivo.

Ahora, el reto será echar a andar una reingeniería financiera y operativa para que, a mediano plazo, se vuelva autosuficiente en materia de costo, o por lo menos, que aporte en algo a cubrir la deuda histórica heredada por ese gobierno.

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