12-03-2025 03:44:25 PM

La podredumbre de Antorcha

Por Valentín Varillas
 
Antorcha campesina sigue buscando convertirse en partido político local.
 
Pero lejos de que su estrategia para lograrlo se base en la conformación de una plataforma sólida que agrupe a los diferentes sectores sociales que hoy no se sienten representados por los partidos actuales, lo sigue haciendo a través de la división, el encono y la infiltración de instituciones públicas.
 
El caso BUAP no deja lugar a dudas.
 
El apetito político de sus dirigentes en Puebla, de la mano de los intereses sórdidos de quienes vieron sus privilegios afectados con la llegada de Lilia Cedillo a la rectoría, se combinan para explicar la génesis de las protestas al interior de la universidad.
 
Lo miso intentaron hacer Juan Manuel Celis y compañía dentro de Morena, de cara al proceso de selección de candidatos en la coyuntura electoral del 2021.
 
No pudieron.
 
Se toparon con pared.
 
El entonces gobernador Miguel Barbosa no cayó en sus chantajes y provocaciones, a pesar de las constantes movilizaciones y actos de protesta que llevó a cabo la organización.
 
Ahora, pretenden meterse de lleno a la Benemérita en pleno año de elecciones.
Volverán a fracasar.
Antorcha y sus liderazgos se han visto siempre rodeados de escándalos que ponen en duda su aparente razón de ser como colectivo.
 
Es, más bien, un muy apetitoso negocio familiar y de grupo.
 
Moreno Valle los trató inmejorablemente a cambio de sumarlos a su fallido proyecto presidencial.
 
Los malacostumbró.
 
En el 2015 y bajo el régimen de control total que ensayaba entonces el gobernador panista, lo perfilo como candidato en Atlixco por la alianza PRI-PVEM.
 
Además, los municipios de mayor influencia de la organización recibieron recursos históricos para la realización de obra pública y otros proyectos de desarrollo, que no necesariamente fueron destinados para lo que originalmente habían sido presupuestados.
 
El tufo del desvío para fines personales ya hedía y acompaña hasta la fecha a sus cabezas mas visibles.
 
Hace pocos años, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda congeló cuentas bancarias personales de miembros de la familia Córdoba Morán por sospechas sobre el origen de los fondos depositados.
 
En aquellos tiempos, los de Santiago Nieto, el propio Juan Manuel Celis estuvo en el ojo del huracán por asuntos similares.
 
Más de 650 millones de pesos de movimientos irregulares en sus cuentas detectó la UIF y otros casi 130 que venían de constructoras, pero que jamás fueron debidamente comprobados.
 
Así la honestidad de quienes aseguran tener como fin único la defensa más férrea de las causas de mayor alcance social.
 
Todo es un tema de apetitos políticos.
 
Quieren regresar  aquellos tiempos de influencia y bonanza económica que afortunadamente para Puebla, están muy lejos de volver.

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