Por Alejandro Mondragón
Buena parte de quienes se integraron a la planilla de Mario Riestra Piña a la dirigencia estatal del PAN lo hicieron porque su odio a El Yunque era mayor que los arrebatos del candidato derrotado a la alcaldía poblana.
Al estilo morenovallista, Riestra suele hacer berrinches, lanzar manotazos, y mentadas, si no se hace su voluntad.
Peeeeero ahora lo que se requiere es repartirse el botín partidista, porque es para lo único que les alcanza, no está de más someterse para que el chamaco no haga berrinches.
La corte pequeña de aduladores le ha hecho creer a Mario que sepultó a El Yunque, cuando en política nadie muere, sólo transforma en una versión peor que la anterior.
La dirigencia estatal ya declaró la guerra contra el gobierno municipal de José Chedraui, porque al de Armenta ni con el pétalo de una rosa se le toca.
El grave problema es el mierdero que dejó la última gestión panista, lo que deja a Riestra y su pandilla al grito: “Al Ladrón, al ladrón”.
Para muestra está que la contralora municipal en la gestión yunquista, Alejandra Escandón, que sirvió de tapadera de todas las irregularidades en el manejo del erario, ahora forma parte de la dirigencia panista de Mario Riestra.
Al interior del PAN ya no se sabe en qué momento cometerá este dirigente su primera traición, tal y como lo hizo con Rafael Moreno Valle, Antonio Gali Fayad y recientemente con Eduardo Rivera Pérez.
Bien dicen que por algo Dios no puso alas a los alacranes.
A disfrutar lo votado con “El Berrinches”.
