12-02-2025 03:57:14 AM

Facundo ¿malo? – malísimo

Por Valentín Varillas

 

El crecimiento en número de tomas clandestinas para extraer huachicol creció en más de 3 mil % durante su paso por el servicio público poblano.

Ordenó que personajes de su círculo íntimo diseñaran y operaran una estructura de protección oficial dedicadas a cuidar a las principales bandas dedicadas a este delito.

Fue el ejército el que descubrió sus ligas con criminales cuando detuvo a Marco Antonio Estrada López, director de la Policía Estatal Preventiva y al jefe del Grupo de Operaciones Estratégicas, Tomás Mendoza Lozano, encabezando un convoy que “cuidaba” unidades cargadas con combustible robado.

Existen documentos oficiales que contienen declaraciones de personajes como Edgar Valdés Villarreal, jefe de sicarios del cártel de los Beltrán Leyva, en donde lo señalan como el encargado de cobrar los “moches” en el grupo más cercano de Genaro García Luna.

Compañero de andanzas de Luis Cárdenas Palomino, acusado también por el gobierno de Estados Unidos de tener vínculos con el crimen organizado para traficar drogas a ese país.

Actualmente se encuentra preso en “El Altiplano”, acusado de torturar a integrantes de la banda Los Zodíaco, detenidos con la francesa Florence Cassez.

También de Ramón Eduardo Pequeño García, involucrado igualmente en el montaje y tortura de los Zodiaco y Cassez, también acusado por el gobierno americano de pactos inconfesables con el narco.

Hoy se encuentra prófugo de la justicia.

Facundo Rosas es el responsable de aquel operativo realizado en Chalchihuapan, en donde el niño José Luis Tehuatlie Tamayo fue asesinado por policías estatales a su cargo.

Para proteger a los responsables, ordenó a sus subordinados mentir en sus declaraciones, alterar los hechos para criminalizar a la víctima y garantizar su impunidad.

De la mano del fiscal Carrancá, le dieron forma a la famosa “teoría del cohetón”.

Aquella que no sólo atentaba en contra de la inteligencia más elemental, sino que desafiaba todas las leyes de la física.

La sabiduría popular asegura que para tener la lengua larga, hay que traer la cola muy corta.

La de Facundo Rosas es enorme: kilométrica.

Podrá fustigar con calidad moral a quien hoy se encarga de la seguridad pública del estado, cuando éste acumule un expediente de corruptelas, omisiones e irregularidades igual de grueso que el suyo.

Y la verdad es que se ve muy difícil.

Vamos, casi imposible.

 

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