Por Valentín Varillas
Roberto Gil Zuarth fue el operador principal que utilizó Rafael Moreno Valle para que el TEPJF validara el triunfo de Martha Érika Alonso en el 2018.
Una pieza clave en la estrategia fue uno de sus incondicionales, Ernesto Herrera Tovar, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, amigo personal, cercanísimo, de la entonces presidenta Janine Otálora Malassis.
Después de la tragedia, el propio Gil Zuarth se convirtió en uno de los personajes más cercanos y de mayor influencia en el círculo íntimo de Miguel Barbosa, el principal afectado por el fallo del Tribunal.
Le dio forma a una instancia de poder paralela a la legalmente establecida, con capacidad real para la toma de decisiones oficiales.
Tuvo inclusive la facultad de imponer perfiles en aquel gabinete.
Ana Lucia Hill en Gobernación y Teresa Castro Corro en Finanzas, por ejemplo.
Además, con su despacho de asesoría jurídica, Roberto se encargo de la estrategia para ajustar cuentas con quienes fueron considerados como enemigos del entonces mandatario estatal.
Con o sin razón.
Pastillita de memoria para los poquísimos que, hasta la fecha, sostienen que Barbosa llevó cabo un gobierno congruente con los principios de la 4T.
Muerto el entonces mandatario estatal, Gil Zuarth se refugió en la campaña presidenical de Xóchitl Gálvez.
Convenencieramente, recordó su formación política panista, específicamente en el grupo del ex presidente Felipe Calderón.
Sabía de antemano que el barco opsitor se hundiría, pero todo parece indicar que algún servicio importante le hizo al actual grupo político en el poder.
A los supuestos adversarios.
De entrada porque, a diferencia de otros opositores a la Reforma Judicial, Roberto ha anunciado que el próximo año participará en la elección para convertirse en ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y seguramente ganará.
Un supuesto férreo enemigo del oficialismo, es en los hechos el perfil idóneo para legitimar todo el proceso.
Para vestirlo con el traje de democrático, claro, transparente, producto de la voluntad del pueblo.
Habrá facturas, varias, que se tendrán que pagar por tan valioso trabajo de infiltrado.
Y la primera de ellas se dejó ver ayer mismo.
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, liderazgo que se jacta también de ser del ala más dura y congruente de la Cuarta, nombró como su secretario de Desarrollo Económico a Jorge Luis Lavalle Maury.
Este personaje es socio del despacho de abogados de Gil Zuarth, lo que garantiza que el rentable modelo de negocios que desarrollaron en Puebla durante el barbosismo, se replique exactamente igual en aquel estado.
A pesar de los cada vez más salvajes vaivenes y caprichos de la política actual, hay quienes sobreviven y trascienden sin que sus intereses políticos económicos resulten afectados.
Resilientes, les dicen algunos.
Oportunistas, los llamamos otros.