23-10-2024 01:01:06 AM

Un desastre llamado río Atoyac

Por Alejandro Mondragón

 

El río Atoyac jamás ha sido tema de campaña, porque nadie cree en su rescate, pero sí es asunto “prioritario” cada seis años, toda vez que hay dinero público de por medio.

 

El afluente está muerto. Desde la década de los noventa se ha intentado “salvar al Atoyac”, pero cada intervención es para robarse las inversiones públicas.

 

Ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador electo, Alejandro Armenta, incluyeron, al Atoyac, en sus planes estratégicos.

 

Hagamos un repaso sexenal.

 

El entonces gobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz, incluyó el rescate del Río Atoyac, dentro de su megaproyecto denominado Angelópolis.

 

Ofreció a los industriales, particularmente de los sectores textil y químico, créditos a fondo perdido para que instalaran sus plantas tratadoras de agua.

 

Nacional Financiera quedó como entidad garante de los préstamos. Todos se formaron para recibir los recursos, pero nadie cumplió y los empresarios poblanos se chingaron el recurso.

 

No hay que ser experto para ello, sino darse cuenta de las pésimas condiciones en las que se encuentra el Atoyac con descargas de industrias e incluso hoteles aledaños. Nadie los sancionó.

Rafael Moreno Valle, años después, anunció también el rescate del afluente con millones de pesos. Todo quedó en obra de ornato, pues el Atoyac sigue peor.

 

Claro que el corredor fabril de Tlaxcala aporta a la contaminación al río Zahuapan que desemboca en el de Puebla.

 

Antonio Gali Fayad anunció la limpieza del Atoyac con millones de pesos. Ahí están los resultados.

 

Luis Miguel Barbosa procedió al revés de todos sus antecesores gobernadores. Comenzó a aplicar clausuras por contaminación del Atoyac y la falta de sus plantas.

 

Los industriales que se creyeron intocables fueron multados, pero con la muerte de Barbosa recuperaron su status de intocables.

 

Dicen que la que viene será la buena para el río Atoyac.

 

¿Será?

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